Javier Martel
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El tarot es quizás el oráculo más utilizado junto a la astrología y hasta hoy sus orígenes son inciertos. Algunos lo consideran una versión del Libro de Tot con raíces en el antiguo Egipto, además de ésta existen múltiples que intentan explicar su fuente originaria, algunas más razonables que otras.
Durante el siglo XVIII se produjo un significativo interés por el tarot en los círculos ilustrados y esotéricos. En este periodo se escudriñó en sus orígenes y se formularon las teorías que lo vinculaban con los misterios egipcios.
En lo que sigue exploraremos el desarrollo histórico conocido del tarot y lo contrastaremos con estas hipótesis. Asimismo veremos la fuerte influencia de conocidos masones y para-masones sobre el desarrollo de los mazos de cartas que finalmente se transformaron en clásicos o paradigmáticos y que son referencias para todos los posteriores.
Empecemos por la definición de tarot
Tarot. (Del fr. tarot, y este del it. tarocco). 1. m. Baraja formada por 78 naipes que llevan estampadas diversas figuras, y que se utiliza en cartomancia. 2. m. Juego que se practica con esta baraja. RAE.
Al tarot se le atribuye una antigüedad aproximada de seis siglos, y desde el punto de vista histórico los primeros mazos de los que se tiene noticia son del XV hasta que toma forma definitiva en el mazo conocido como el Tarot de Marsella. Entre los más importantes por su antigüedad, podemos mencionar:
El Tarochino de Bolonia de 1419 es un juego de sesenta y dos láminas el cual se cree fue creado por Francesco Fibbia, príncipe de Pisa, mientras se hallaba exiliado en Bolonia.
El tarot de Visconti-Sforza de 1432, se presume que éste fue pintado entre los años en que tuvo lugar el matrimonio de Francesco Sforza con Bianca Maria Visconti (1432) y 1466, año en que murió el duque de Sforza. En varias de las cartas se representan insignias heráldicas de ambas familias. El mazo está compuesto de láminas recubiertas de oro y pintadas a mano. Es el tarot más antiguo de los que se conservan en buenas condiciones.
Además de estos y en secuencia histórica también se pueden señalar:
El Tarot de Mantegna de 1465
La lámina Cary de 1500, la cual tiene tiene la particularidad que en una sola hoja muestra la impresión de varias cartas que por primera vez coinciden con el modelo de tarot conocido como el de Marsella
.
El tarot de Carlos VI de finales del siglo XV.
La Minchiate Florentina de 1550.
Tarot de París de principios de siglo XVII.
Mazos pre-Marsella del siglo XVII.
Tarot de Flamand de aproximadamente 1755 - 1770.
Y por último, el tarot de Marsella cuyas primeras impresiones son de 1760.
Existen varias hipótesis acerca de la introducción en Europa del tarot. Algunos mencionan a los tártaros a través de las invasiones de territorios rusos, Marco Polo, por sus viajes, los gitanos, procedentes de la India o Egipto. Sin embargo con los antecedentes que hoy se disponen, todas estas opciones no parecen tener sustento sólido.
Quien dejo la primera referencia documentalmente confiable sobre la existencia del tarot fue un monje alemán afincado en suiza, el padre Johanes. En un manuscrito del año 1337, este religioso se refiere a la aparición en Europa de un juego de cartas que servía “para enseñar a los nobles y educar al pueblo”. Declara ignorar quién es el inventor del juego. Entre los mazos que detalla, señala uno compuesto por setenta y ocho cartas, lo que podría ser la primera referencia al tarot, que reúne idéntica cifra de naipes.
Como se ha dicho, los orígenes históricos del tarot son oscuros y difíciles de pesquisar. El desarrollo de los mazos, que se inicia en el siglo XV finalmente se consolida en el Tarot de Marsella a mediados del siglo XVIII. Este mazo consta de 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores, los que se descomponen en cuatro pintas con 16 cartas en cada pinta y totalizando 78 cartas.
En el Tarot de Marsella confluyen una serie de influencias que vale la pena señalar, ya que es este mazo el que ha sido referencia para el desarrollo de prácticamente todos los mazos posteriores.
Este mazo alcanzó su forma definitiva en 1760, cuando Nicolás Conver, unificó las distintas versiones de los tarots franceses, creando el conocido y clásico Tarot de Marsella. El mazo bautizado con el nombre de la ciudad natal de Conver, fue el primero que se pudo reproducir en serie, usando el sistema de estampación con moldes de madera. Entre las particularidades del Tarot de Marsella, están las miradas e inclinación de cabeza de las figuras de sus arcanos mayores, ya que la mirada hacia la izquierda (desde la posición del consultante) representa los vínculos con el pasado y la sabiduría de la experiencia, en tanto la mirada hacia la derecha, representa las posibilidades del futuro. Los arcanos que miran de frente o cruzan sus miradas, hacen referencia al presente.
Geográficamente Marsella es una ciudad ubicada al sur de Francia cercana a la frontera con España, este lugar fue la zona donde se ubicaron y desarrollaron los cátaros hasta el siglo XIII. Por otro lado hay que mencionar que España, país de tres culturas, tres civilizaciones (islámica, judía y occidental) aportó permanentemente en la producción de mazos y como veremos más adelante las corrientes esotéricas del judaísmo han contribuido de manera significativa en la comprensión del Tarot.
Desde el siglo XVIII y XIX hay un gran interés por el Tarot lo que se expresa en los trabajos de varios especialistas en esoterismo quienes buscan estudiarlo y explicar sus orígenes. Son estudiosos relacionados casi todos ellos con la masonería como Antoine Court de Gebelin (masón), Eliphas Levi (masón) y Gérard Encausse (para masón) quienes tratan de demostrar la relación entre el tarot y la cábala, y también con el simbolismo egipcio.
Fue Antoine Court de Gébelin, clérigo y francmasón, quien publicó Le monde primitif, la primera obra que relaciona en el tarot el simbolismo religioso antiguo con las claves representadas en éste. De Gébelin sostuvo que el simbolismo del Tarot de Marsella era la representación de los misterios de Isis y Thoth. De Gébelin señaló que el nombre tarot provenía de los vocablos egipcios tar, que significa "real", y ro, que significa "camino", y que el tarot es por lo tanto, un "camino real" a la sabiduría.
La postura de Gébelin fue argumentada en forma dogmática y no presentó evidencias para explicar sus afirmaciones. Además, Gébelin escribió antes que se descifraran los jeroglíficos egipcios a partir del descubrimiento de la piedra Rosseta. Los egiptólogos no encontraron en el lenguaje egipcio nada que demostrara las etimologías propuestas por De Gébelin y cuando se dispuso de textos egipcios auténticos, ya estaba firmemente establecida la identificación de las cartas del tarot con el Libro de Thot egipcio en la práctica ocultista.
Por otro lado, los mazo conocidos como Tarot Egipcio, son creaciones relativamente modernas, de mediados del siglo XVIII y basadas en los trabajos de Court de Gébelin y Jean-Baptiste Alliette (Etteilla). Este último es un ocultista francés que trabajó como adivino en los albores de la Revolución Francesa y que basándose en los trabajos de Court de Gébelin popularizó y divulgó la práctica del tarot.
Uno de los más notables e influyentes estudiosos del tarot fue Eliphas Levi (Alphonse Louis Constant) que como ya dijimos fue francmasón. En 1861 publicó su libro Dogma y ritual de alta magia, donde realizó asociaciones que tuvieron mucha repercusión posterior. Asignó a los veintidós arcanos mayores una de las veintidós letras del alfabeto hebreo. También hizo la relación con el Árbol de la Vida cabalístico y los veintidós senderos que unen entre sí a los diez sefirot, atribuyendo a cada uno de estos caminos un arcano mayor del tarot.
Tarot de O. WirthMención especial merece Oswald Wirth, masón que es ampliamente conocido como autor de los libros de instrucción de los tres grados de la masonería azul. Menos conocidos son sus libros El tarot de los imagineros de la Edad Media, El simbolismo astrológico y El simbolismo hermético y su relación con la alquimia y la francmasonería, sin embargo, estos son de extraordinario contenido y riqueza simbólica y bien valen la pena ser estudiados por cualquier interesado en profundizar estos temas.
Oswald Wirth fue una persona de múltiples capacidades. Colaborador de Stanislas de Guaita, que conocía su habilidad como dibujante le sugirió restituir los arcanos mayores a su pureza primigenia. Para esta tarea le proporcionó dos mazos, uno italiano y otro francés, así como el libro Dogma y ritual de alta magia de Eliphas Levi. El resultado de su trabajo vio la luz en 1889. Wirth continuó estudiando el simbolismo de los colores y en 1937 publicó una nueva versión coloreada. Oswald Wirth fue el primero de los esoteristas serios en reconocer el origen medieval del tarot ante los que lo consideraban egipcio.
Por otro lado, en Inglaterra, donde también se había experimentado un auge de las doctrinas esotéricas, se creó a finales del siglo XIX la hermandad ocultista conocida como la Golden Dawn. En ella, además de los estudios sobre magia, se crearon mazos con características propias, entre ellos, el Libro de Tot del polémico Aleister Crowley y el mazo conocido como Rider-Waite (Tarot Universal).
Tarot de Rider - Waite
El mazo de Rider – Waite fue ideado por Arthur Edward Waite, esoterista iniciado en la orden Golden Dawn y por lo tanto el juego de cartas corresponde a las ideas esotéricas de esta orden y propias del renacer del esoterismo en Europa a fines del siglo XIX. Este mazo ha tenido gran difusión y en el presente es uno de los más usados.
Las ilustraciones del Tarot Rider-Waite fueron realizadas al estilo “art noveau” de la época por la dibujante estadounidense Pamela Coleman Smith, que consiguió imprimir en los arcanos una fuerza visual que habla por sí sola.
A finales del siglo XIX, el interes por los misterios del esoterismo, ocultismo y la tradición hermética, llegó también a España en dos versiones; una culta y erudita y otra más popular. En este contexto, en 1900 se edita el primer tarot español que combina en las imágenes de los arcanos mayores, las letras hebraicas y numerosos símbolos egipcios y alquímicos. Este tarot anónimo se conserva bajo el nombre de Tarot Esotérico Español.
El Gran Tarot Esotérico es un mazo creado por españoles: editado por Heraclio Fournier, Maritxu Guler es su autora y los diseños de las cartas son de Luis Peña Longa. Es un tarot moderno, ya que fue creado a finales del siglo XX en el año 1978.
Maritxu Guler fue vidente, conocida también como “la bruja buena del monte Ulía”, ella se inspiró en parte, en los libros de Papus (Rosacruz) y su Tarot de los Bohemios y en los trabajos de Eliphas Levi.
Entre las peculiaridades del Gran Tarot Esotérico, está su asociación explícita con la cábala a través del alfabeto hebreo, la astrología y los diferentes nombres que reciben algunos de sus arcanos, como por ejemplo, el arcano V, normalmente conocido como El Sumo Sacerdote, El Papa e incluso El Hierofante, que en este tarot figura como El Maestro. Asimismo el arcano VI -Los Enamorados- figura con el nombre de Los Dos Caminos y la carta del diablo acá es denominada Aker, nombre tomado de la mitología vasca (no confundir con el Aker egipcio).
Presentado esta pequeña reseña histórica sobre el desarrollo del tarot, este autor se inclina por la hipótesis de O. Wirth en el sentido que no es posible establecer una relación históricamente documentada con un origen antiguo del tarot que lo ligue a la civilización egipcia y que nos permita considerarlo una versión preservada del Libro de Tot. De acuerdo a los antecedentes disponibles el origen más probable hay que situarlo en el medioevo, fecha a partir de la cual toma su forma actual en el siglo XVIII, fijando los arcanos mayores en 22 y los menores en 56.
Ahora bien, aún cuando no se pueda establecer una relación histórica directa del tarot con las tradiciones antiguas, no quiere decir que el simbolismo, la estructura y la concepción sistémica del tarot no sea expresión de éstas. Por el contrario, los mazos actuales son la expresión viva de una filosofía y una forma de concebir el mundo que les ha permitido subsistir de una manera vigorosa y saludable hasta nuestros días.
Sobre la pretendida relación del tarot con los misterios de Egipto, nos inclinamos por la línea propuesta por O. Wirth respecto a qué solo es posible establecer sus orígenes en el medioevo, lo que no invalida que en el contenido simbólico de los mazos se encuentre plasmada una tradición iniciática que se pierde en la noche de los tiempos y que no es posible analizar solo con las herramientas de las ciencias y la historia. Rescatamos en este aspecto, el rol que han jugado insignes masones en la preservación de esta tradición.
Oswald Wirth. El Simbolismo Hermético y su Relación con la Alquimia y la Francmasonería.
Oswald Wirth. El Tarot de los Imagineros de la Edad Media.
Eliphas Levi. Dogma y Ritual de Alta Magia
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