3. Relojes de sol y clepsidras vivientes: los hermanos menores de la lluvia.

El reloj de la cultura andina es intangible. Personeros como el Marani ofician de punteros que visitan el mapa simbólico en horas específicas del día, en días específicos de la semana y en meses particulares del año, para sincronizar la actividad humana con las aptitudes de la tierra y los ritmos de la vida en cada nicho ecológico del ayllu.

En el departamento peruano de Puno, los jueves, el Marani, vestido con los aditamentos del agua (poncho negro, k"ipi –morral ritual- negro), hace un recorrido de armonización por el ayllu. Parte antes del alba desde el lado sur o sureste del ayllu, y con la salida del sol se mueve hacia el oriente. Desde ahí sube por la mañana por el borde oriental o norte del ayllu hacia las zonas altas de pastoreo; rodea los cultivos por el norte o noroeste; y desciende, por la tarde, por el límite occidental o sur, terminando con el ocaso, en el suroeste o sur del ayllu. Si el ayllu está junto al lago, el recorrido parte y termina en sus aguas.

El recorrido replica un reloj solar, hora a hora, desde el alba al ocaso, por el contorno del ayllu. Además reproduce el movimiento de las aguas: sube a los cerros como las nubes y baja de los cerros como los cursos de agua. No la imita, sino que "es el agua" (Van Kessel y Kutipa Añamuru 1998, 46). Su viaje replica el del mítico dios, Wirakucha, que marchó en dirección: sur → oriente → norte → poniente en su saga educadora de la humanidad, para ir a morir y descansar en las aguas del Pacífico. El Marani opera como un reloj de sol y como una clepsidra (reloj de agua) viviente de su comunidad.

De acuerdo a la primera cita ("El cielo se llama…"), ese reloj y clepsidra son eficaces si marchan con el ritmo de la naturaleza. Si el ser humano se organiza según ese principio, la naturaleza responde en coherencia, con la "letra" del texto chino como con el "espíritu" del ritual del Marani. El apelativo "hermano menor de la lluvia" indica que esa unión con la naturaleza no es sólo mental; es sanguínea y tiene coordenadas cronológicas ordenadas.

La instauración de los nuevos Marani ocurre el 30 de noviembre, día de San Andrés (patrono del tiempo seco), transición entre la estación seca (yang según los chinos) y la lluviosa (yin).

El 30 de noviembre es el día bisagra entre la estación seca y la estación húmeda, que es la temporada propia del Marani y de su hermano mayor, la lluvia. Para el día de San Andrés debe terminar definitivamente el tiempo seco y comenzar el tiempo húmedo. (Van Kessel 1998, 171)

De nuevo encontramos congruencia con la China clásica, donde el ritual del "ministro del agua" ocurría comenzando noviembre. Más importante que el mes, es que en esa época del año iniciaba en China la estación lluviosa. Así lo dice el Li ki, Libro de los ritos (nótese el tema del tres y del nueve):

En el tercer día del primer mes del invierno [noviembre], ocurre la ceremonia del establecimiento del invierno. El poder que prospera es el del agua. En ese día el Hijo del Cielo (el emperador) personalmente conduce a los Tres Duques y a sus Nueve Ministros a dar la bienvenida al invierno en el altar del norte. El reside en el "salón sombrío", cabalga en la carroza negra tirada por caballos negros y va vestido con túnica negra.(Li ki, "Yueling" –"Conducción apropiada de los asuntos del estado en los distintos meses", 4, 1)

En ambos casos (andino y chino), el agente humano participa en un parentesco filial con el fenómeno natural, ante el que se inscribe como subordinado, autorizado a pedirle, en la medida que "se porte bien" ("hermano menor"). Así lo consigna el texto sagrado más arcaico de la cultura china (el "Canon de Yao", parte del Libro de la Historia):

El emperador seguidamente ordenó al hermano menor residir en la región del norte, en la llamada "Capital Sombría" [yin, agua] y allí ajustar y examinar los cambios del invierno. El día es el más corto y la estrella está en mao, con lo que puedes delimitar el pleno invierno [la estación lluviosa en China]. (Shujing – Libro de la Historia, "Canon de Yao" I, 2)

El texto alude a una consanguinidad biológica entre dos seres humanos y también a una consanguinidad ecológica con el agua. Las consonancias encontradas en la figura del Marani, permite comprender, en su "espíritu" la "letra" de los arcaicos ideogramas sobre un "hermano menor" en el texto sagrado chino: como hermano menor del agua a quién lo han mandado reverentemente a pedir.

En el bagua chino del "cielo anterior" el trigrama gen ("la montaña") se denomina "hijo menor", ocupando la posición siguiente a la del trigrama del "agua", y la posición previa al trigrama del "trueno" o "despertar", que se halla al oriente.

Esa posición, junto al agua es la ocupada por el Marani, antes del despunte del alba, en su semanal viaje ritual por el ayllu durante el cual pone en juego su condición de "hermano menor de la lluvia."