La Torre

Mazo: Marsella

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Ruptura, destrucción, muerte, problemas y replanteamientos de toda índole por encontrarse en un momento donde las cosas ya no pueden seguir como están. Necesidad de reflexión para eliminar todo lo que no funciona y quedarse sólo con lo que es sólido y nos vale para nuestra nueva etapa.

Vendrá un giro muy importante en tu vida, un cambio de grados que te sacará del camino. Desorientación y pérdida. Es probable que pierdas un afecto o incluso una tarea en la que habías puesto mucho esfuerzo. Pero no te preocupes: a la larga, los cambios son positivos y éste, probablemente, te ayudará a terminar con aspectos negativos y con un pasado que es hora de superar. Recuerda que esta carta también implica la corrección de situaciones equivocadas.,

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Descripción ampliada

Se trata de uno de los Arcanos con mayor cantidad de denominaciones, destacando la del Tarot marsellés, La Casa de Dios, denominación que, sin embargo, no acoge el resto de las barajas europeas o americanas. En el egipcio se le llama El Relámpago, y en los esotéricos recibe los nombres de La Flecha (por el rayo destructor), el Hospital (aludiendo a las almas que son huéspedes de Hades) y El Castillo de Plutón, en el mazo italiano de Bembo. No obstante estas diferencias, el diseño suele ser muy similar en todos ellos, variando solamente el dibujo del rayo, la lluvia y el contorno de algunos, que parece ser nocturno. En la lámina aparece una lluvia de esferas multicolores que son de difícil interpretación. Se repite el motivo, aunque con diferente trazado, en los Arcanos XVIII, la Luna, en que la lluvia es en forma de lágrimas invertidas, y en el XVIIII, el Sol, con lágrimas de aspecto normal. La única similitud palpable entre todos estos naipes es su indudable connotación sideral y de su innegable alegoría a la intervención de lo alto.

La cúspide almenada de la torre, en forma de corona, se desploma impulsada por el rayo, simbolizando la facilidad con que cae el poder de quienes desean imponer su ley sin tomar conciencia del prójimo y sin someterse a la máxima autoridad del cielo. Los hombres que se despeñan de la torre son claras imágenes del orgullo que tarde o temprano termina por doblegarse ante el rayo de la verdad.

La Torre, que es el primer edificio que aparece en todo el Tarot y desde luego el único que tiene carácter predominante, se asocia con la Torre de Babel, construida por los humanos para llegar hasta el cielo y luego destruida por intervención divina. Para los cabalistas, sin embargo, este naipe sería la representación del castigo de Sodoma y Gomorra, y, más recientemente, la desaparición de la Atlántida. En la mitología, equivaldría al caos, a la rebelión cósmica que da origen a las diferentes dinastías de dioses que en la griega supondrían los sucesivos derrocamientos de Urano y Cronos hasta llegar a la total hegemonía de Zeus.

La carta lleva implícita la realización de un suceso imprevisto, de una catástrofe que ocurriera sobre las construcciones ficticias de los hombres, destruidas por la propia llama de su pasión. Advierte de que todos hemos de recoger lo que hayamos sembrado, y de que por el egoísmo corremos directamente hacia la destrucción, que sólo será evitable si mudamos de conducta. Sería el bautismo de fuego, el acontecimiento determinante que nos conducirá al bien o al mal, según elijamos nosotros mismos. Indica la catarsis en vez de la ruina total. Es por ello, una carta particularmente influenciada por las que le rodean. Si de su entorno se infiere un sentimiento, su aparición significará ruptura; si un amor, engaño, y si un viaje, la posibilidad de un accidente. En cualquier caso, es, junto con el Diablo, uno de los Arcanos más perniciosos para el consultante.

En posición normal indica:

— Proyecto brutalmente interrumpido. Shock inesperado. Cambio repentino. Ruptura de relaciones. Pérdida. Catástrofe. Accidente.

En posición invertida:

— Caída. Muerte violenta. Prisión.

De un hombre, indica grandes pretensiones, rigidez. Persona satisfecha de sí misma; amante de la buena mesa, a quien su voluntad proporciona una situación preponderante, pero que debe ser más humano: si bien se le teme, carece de verdaderos amigos.

La mujer se deja vencer por las circunstancias; sólo con gran voluntad sabrá sobreponerse y volver a empezar hasta conseguir el éxito. Arrogante, atrae pocas simpatías, por lo que permanece aislada en su pequeño mundo. Le gusta la última moda y se precia en mucho más de lo que vale. Suele ser exigente y difícil en el terreno amoroso, sometiendo a su pareja para que satisfaga sus menores caprichos.