El Emperador Amarillo dijo:
"Desde la antigüedad se ha considerado que la actividad vital del hombre y la de la naturaleza se encuentran interrelacionadas mutuamente de forma continua".
La base de la vida es yin yang, la cual se desarrolla entre el cielo tierra, dentro de los seis puntos cardinales[xxviii] y dentro de los nueve continentes[xxix]. Los nueve orificios del hombre,[xxx] los cinco órganos y las 12 articulaciones[xxxi] guardan una relación estrecha con la naturaleza. El yin yang del cielo y de la tierra al transformarse produce los cinco elementos;[xxxii] a la vez el hombre cuenta con cinco órganos[xxxiii] y tres energías.[xxxiv] Si se invierten tanto las leyes del yin yang como las de los cinco elementos, la energía patógena podrá invadir al organismo; por lo contrario, el respeto de dichas leyes básico para tener una larga vida. Cuando los cambios climatológicos de naturaleza no son muy turbulentos, la actividad espiritual también debe ser reposada, lo cual favorece que la energía yang se enclaustre en el interior aunque la energía patógena externa sea muy potente, no invadirá el organismo tan bien protegido. Esto es resultado de seguir los cambios clima lógicos de las cuatro estaciones y adaptarse a ellos.
Por lo anterior, los hombres sabios sheng reng[xxxv] regulaban su estado espiritual de acuerdo con los cambios climatológicos y lograban preservar un estado de salud y sabiduría. Si se invierte este proceso de adaptación, se alterará la energía de protección externa wei qi; en el exterior habrá obstrucción de los nueve orificios y de la energía de los músculos. Esto se conoce como autodestrucción, la cual se caracteriza por el desgaste progresivo de la energía yang.
La energía yang es para el organismo lo que el sol para la naturaleza. Si dicha energía yang pierde su función de mando, podrá influir en la resistencia del organismo y en la longevidad. La claridad que proporciona la luz dcl sol es lo que determina el clima; así, la energía yang del organismo, considerada la más valiosa, necesariamente debe dirigirse hacia el exterior para defenderlo; si se debilita, no podrá defender al organismo en contra de la energía patógena externa.
Ante la agresión de la energía patógena frío (han xie), la energía yang de protección externa (wei qi) debe actuar como el eje de una puerta.[xxxvi] Si las condiciones de vida son adversas, la energía yang se tornará más superficial y la actividad espiritual se expresará con más intensidad en el exterior. Si lo ataca la energía patógena calor de verano (shu xie), las manifestaciones serán de transpiración; en casos severos se producirá asma y en casos leves habrá delirio, así como una hipertermia tal que el cuerpo parecerá un tizón, lo cual se eliminará por la transpiración. Si el organismo es invadido por la energía patógena humedad (shi xie), la manifestación será una cefalea, acompañada de la sensación de que la cabeza estuviera apretada por una venda. La energía patógena humedad al invadir puede transformarse en calor, o el organismo puede ser invadido de forma conjunta por la energía patógena calor. Si ésta no se elimina, lesionará a los tendones grandes y pequeños, lo cual se manifestará por contracturas espásticas o por debilidad y atrofia muscular.
Cuando el organismo es invadido por la energía patógena viento, se produce edema de las cuatro extremidades. Si las cuatro energías patógenas señaladas invaden conjuntamente el organismo, se producirá un desgaste intenso de la energía yang. La energía yang se desgasta por exceso de actividad física, por enojo o por exceso de lucha con la energía patógena. Este desgaste puede conducir posteriormente a un consumo de la energía ancestral, lo cual tendrá como consecuencia un aparente exceso de la energía yang que causará un desgaste mayor de la energía ancestral.[xxxvii] Si tal proceso