En las pedagogías alternativas como la Waldorf y Montessori se busca evitar la desconexión de los pequeños con su espacio interior. Estas desarrollan cierto tipo de actividades expresivas en que se continúa, como se hacía en el jardín infantil, la valoración por la expresión artística y emocional, y se valoran las opciones y la capacidad de discernir por sí mismos sus propias opciones. Esa es la base relacional que subyace a las diferentes filosofías contenidas en cada una de las pedagogías alternativas.
Aunque no sea posible llevar por entero a cabo estos modelos, ya que vivimos en un contexto más amplio que impone un estilo competitivo, suele haber marcadas diferencias en los niños que egresan de estos colegios. Los niños tienden a ser más autónomos e independientes, tienen más opiniones propias, son menos adaptables cuando una situación les disgusta y tienen una inteligencia emocional bastante desarrollada. Aunque a los adultos nos cargue que sean "viejos chicos", suelen tener una sensación de estar a la par con los adultos, son un poco "subidos por el chorro" o "irrespetuosos" para los abuelos. Algunos tenderían a calificarlos de "niños especiales" y hasta se les ha calificado de "niños índigo" como si algo de afuera (casi una nave extraterrestre o un cinturón de fotones ocasionara el fenómeno). Sin embargo representan una necesidad de despertar nuevas formas de relación. También encontraremos niños de este estilo en colegios tradicionales, los que son un reflejo de relaciones matrísticas mantenidas a través de años.
Si usted tienen un niño autónomo y más autorregulado, que no estudia en un colegio alternativo, observen cómo padres y fíjense en cómo ha sido aceptado por ustedes y ha aprendido a creer en sí mismo y en sus capacidades y ha podido expresarse en su casa y con sus amigos sin ser descalificado. Ha aprendido a respetar a través de haber sido valorado y respetado. ¡Felicitaciones! Han criado un niño que podrá ser adulto, un niño que será capaz de hacerse cargo de sí mismo y podrá ser más auténtico y humano. En eso consiste el aplicar los principios matrísticos en la crianza y educación de los hijos.