JUNG Y LA ALQUIMIA

A principios de los años 20 publicó una de sus obras más conocidas, Tipos psicológicos. En esa época Jung vivió una intensa búsqueda de lo espiritual. Emprendió largos viajes que le permitieron ampliar sus conocimientos de culturas y religiones lejanas. Fue por entonces cuando un amigo le envió un ejemplar de un antiguo libro de alquimia* china. Jung lo leyó con gran interés, y a partir de ese momento se dedicó a investigar en ese fascinante mundo de la Gran Obra*. Esas investigaciones lo apartaron de los convencionalismos científicos; porque ningún otro de sus colegas hubiera dedicado jamás tanto esfuerzo y tiempo como él, a una materia que se ha comprendido tan mal, y que durante muchos siglos fue considerada muy poco seria a los ojos de los científicos academicistas.

En su libro Psicología y alquimia, escrito en esas fechas, expone sus propias teorías al respecto, afirmando que se había dado cuenta de que la psicología analítica concordaba notablemente con la alquimia: «las experiencias de los alquimistas eran mis propias experiencias y su mundo, en cierto sentido, el mío». Había encontrado -según sus propias palabras- el equivalente histórico a su psicología del inconsciente. Unas manifestaciones que, con seguridad, serían consideradas una completa herejía por parte de sus colegas. De todos modos, la interpretación junguiana de que la alquimia es básicamente un proceso psicológico puede constituir tema de amplio debate.

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