Sin embargo, los españoles no encuentran la forma del Tzolkin que conocemos actualmente, ya que ésta existe gracias a los esfuerzos de Arguelles y a los de su predecesor, Tony Shearer.
A fines de los "60, José Arguelles enseña -entre otros lugares- en una Universidad de estudios autóctonos americanos llamada "Quetzalcoatl-Deganawida" en las afueras de Davis (California) y allí conoce a Tony Shearer, un estudioso de la tradición nativa americana y del Calendario Sagrado Maya. Shearer ha publicado dos libros donde se refiere profusamente al Tzolkin: El Señor del Amanecer y En Nombre de la Luna y Bajo el Sol.
A la pregunta de Arguelles, sobre quién le transmite el Calendario Sagrado, Tony responde: –una curandera de Oaxaca–.
Cuando Arguelles empieza a usar el Tzolkin, se da cuenta que tiene que hacer su propia versión de esta matriz. Es lo que hace en 1974. Empieza a estudiarlo y aprende a vivir según el Tzolkin y a través de él. Sabe que sólo al vivirlo, puede llegar a comprenderlo.
En 1987, José Arguelles expone en su libro El Factor Maya –que lleva como subtítulo Un sendero más allá de la Tecnología–, su comprensión y estudio de la civilización Maya. "Decidí tomar seriamente la matemática y también, tomar muy en serio el mensaje que la civilización Maya dejó", dice.
"Vi que la civilización Maya crea lo que es conocido como "el factor Maya": ese factor que no es tomado en cuenta en la historia. Ese factor pasa de largo, pero ahora lo estamos reconsiderando: el conocimiento, la ciencia, y la matemática de los Mayas –que son el conocimiento y la ciencia del Tiempo–, lo que necesitamos en este momento ".