En el observatorio de Kitt Peak en Tucson, Arizona –uno de los más grandes del planeta–, hay un gran mural de mosaico que representa el pensamiento astronómico de los Mayas. El mural tiene una inscripción que dice que los antiguos Mayas mantuvieron un calendario más exacto que el calendario gregoriano.
En la cumbre de su civilización, los Mayas utilizaron más de 17 calendarios y podemos decir que –en cuanto a desarrollo mental–, ningún otro pueblo en la Tierra se acercó siquiera a la sofisticación del tiempo y la matemática que ellos lograron. La civilización Maya se localizó en América Central, desde lo que hoy llamamos Guatemala, hasta la península de Yucatán.
La civilización Maya desarrolló la matemática del 20 y con ella fueron capaces de hacer cálculos astronómicos fantásticos. En algunos sitios Mayas encontramos lo que parece ser un registro de fechas que se remontan, en el pasado, a 400 millones de años, o incluso tan atrás como 25 billones de años. Por supuesto, esto es un gran rompecabezas para los arqueólogos y científicos occidentales. ¿Por qué un pueblo de la edad de piedra y sin ningún desarrollo de otro tipo de tecnología, tal como la consideramos, desarrolló una matemática tan evolucionada?
Al parecer los Mayas tuvieron su punto más elevado de civilización en el período comprendido entre el 435 y 830 de la era cristiana. Este fue el período cumbre donde ocurrieron la mayoría de las construcciones y se levantaron muchos monumentos al tiempo. Tan misterioso y extraño como la ciencia del tiempo y el conocimiento astronómico de los Mayas fue el hecho que en el año 830 cesó de pronto la actividad. No se volvieron a erigir monumentos del tiempo, los grandes centros fueron abandonados y lo que hoy conocemos como la civilización Maya Clásica llegó a su fin.
Cuando los Españoles arribaron a México y a Yucatán en los comienzos del siglo XVI, los Tolteca-Maya estaban aún floreciendo, la mayoría de ellos en el área de Yucatán, aunque algunos también en las zonas altas de Guatemala. Fue el obispo de Landa quien presentó la primera información de lo que había aprendido del conocimiento Maya del tiempo: esto fue el Tzolkin o Calendario Sagrado. Fue de Landa quien codificó lo que más tarde, José Arguelles (1), llamó la Matriz 13:20.
En efecto, José, artista, profesor, científico de los "sistemas totales" (2), antropólogo y autor de varios libros sobre el tema lleva más de cuatro décadas investigando el Tzolkin o Calendario Sagrado de los Mayas. Dos de sus libros, El Factor Maya y La Tierra en Ascenso son el resultado de esta investigación, siempre en el marco de los sistemas totales.
* Josefina Santa Cruz O., egresada de la Escuela de Diseño de la Universidad Católica de Chile, vivió en Francia entre 1974 y 1989, donde hizo estudios de Artes Plásticas, (U. de París VIII), de Informática, Educación y Comunicación, (U. de París XIII) y de Técnicas de Base de Periodismo (CFPJ). Integrante de la Red de Arte Planetaria desde 1998, participó en el Seminario de los Magos de la Tierra, que se realizó en Chile (1999) con la presencia de José y Lloydine Arguelles. Es integrante del Movimiento Mundial de Paz de Cambio al Calendario de 13 Lunas y de la Fundación para la Ley del Tiempo. Se dedica a difundir a través de charlas y talleres la nueva Ley del Tiempo, tanto en Chile como en Francia
1 José Arguelles (1939), doctor en Historia del Arte y Estética de la Universidad de Chicago, ha sido profesor en las principales universidades de EE. UU. de América.
Sus libros son el resultado de su actividad artística y científica en la investigación dentro de los "sistemas enteros", entre ellos: Mandala (1972), El Espacio Femenino en el Cielo (1977), La Tierra en Ascenso (1984), Cabalgando la Ola de Zuvuya (1988), El Llamado de Pacal Votán: el Tiempo es la Cuarta Diemensión (1996). Arguelles ha desarrollado herramientas didácticas para una mejor comprensión de la Ley del Tiempo: El Encantamiento del Sueño y El Telektonon.
Fundador, junto a su esposa Lloydine del Movimiento Mundial de Paz de Cambio al Calendario de 13 Lunas y de la Red de Arte Planetario, promueve el arte como la base para la paz global.
2 La ley de los "sistemas enteros" establece que nuestro planeta, el sistema solar y la galaxia, constituyen un sistema entero gobernado por una única frecuencia de tiempo cuyo poder de sincronización mantiene la unidad e integridad del sistema entero, como un orden unificado.