Permítanme iniciar el análisis de la nueva concepción de la realidad exponiendo la visión de la materia que ha surgido de la física moderna. Según la física contemporánea, el mundo material no es un sistema mecánico formado por objetos separados, sino más bien aparece como una compleja red de relaciones. Las partículas subatómicas no pueden ser concebidas como entidades separadas y aisladas, sino que se las debe percibir como interconexiones o correlaciones en una red de eventos. El concepto de objetos separados es una idealización que puede ser útil, pero que no tiene ninguna validez fundamental. En palabras de Werner Heisenberg, uno de los fundadores de la teoría cuántica:
Es así que el mundo aparece como un complejo tejido de sucesos donde se alternan, sobreponen o combinan conexiones de diversos tipos, determinando así la textura del todo.
Esta es, con bastante exactitud, la forma en que los místicos orientales vivencian el mundo. Tomemos, por ejemplo, las siguientes palabras de Sri Aurobindo:
El objeto material se transforma... en algo diferente de lo que ahora vemos, no un objeto separado de un fondo o rodeado del resto de la naturaleza, sino una parte indivisible, e incluso en forma sutil, una expresión de la unidad de todo lo que vemos.
A modo de otro ejemplo, permítanme citar al físico atómico Henry Stapp:
Una partícula elemental no es una entidad no analizable con existencia independiente. En esencia, es un conjunto de relaciones que se extienden a otras cosas.
Comparen esto con Nagarjuna, fundador de la escuela budista madhyamika:
Las cosas obtienen su ser y naturaleza por dependencia mutua: por sí solas, no son nada.
La Danza Cósmica
Los físicos y místicos concuerdan en que lo que llamamos "objetos" son, en realidad, patrones en un proceso cósmico inseparable, y también concuerdan en que estos patrones son intrínsecamente dinámicos. En la física subatómica, la masa ya no se asocia con una sustancia material, sino que se reconoce como una forma de energía. Sin embargo, la energía se asocia con actividad, con procesos; es una medida de actividad. Las partículas subatómicas son patrones dinámicos, procesos más que objetos. En forma similar, lo que llamamos "cosa" ha sido descrito por místicos indios con la palabra sánscrita samskara, término que significa antes que nada "un evento" o "un suceso", y sólo en forma secundaria, "una cosa existente". Tal como explica el erudito budista D.T. Suzuki: "Los budistas conciben a un objeto como un evento y no como una cosa o sustancia".
Los patrones energéticos del mundo subatómico forman estructuras atómicas y moleculares estables que conforman la materia y le dan su sólida apariencia macroscópica, haciéndonos creer así que está hecha de alguna sustancia material. La idea de una sustancia es bastante útil a nivel macroscópico, pero a nivel atómico ya dejó de tener sentido. Los átomos constan de partículas y éstas no se componen de ninguna sustancia material. A1 observarlas, nunca se ve sustancia alguna; lo que vemos son patrones dinámicos que cambian continuamente de uno en otro una danza continua de energía.
La metáfora de la danza surge en forma natural cuando estudiamos la dinámica red de relaciones que constituye el mundo subatómico. Dado que los místicos tienen una cosmovisión dinámica similar a la de los físicos modernos, no es sorprendente que también ellos hayan utilizado la imagen de la danza para transmitir su percepción de la naturaleza. La metáfora de la danza cósmica ha encontrado su más hermosa expresión en el hinduismo en la imagen de Shiva Nataraja, el Señor de los Bailarines. Para el físico moderno, la danza de Shiva es la danza de la materia subatómica. Tal como en la mitología hindú, es una continua danza de creación y destrucción que involucra a la totalidad del cosmos la base de toda existencia y de todos los fenómenos naturales.