Postura de la filosofía idealista
Postura del positivismo científico-natural
La psicología científicaEl trabajo y la formación de la actividad consciente
El lenguaje y la conciencia del hombre
Teorias sobre la procedencia del lenguaje Humano
Tres funciones principales del lenguaje
Tres funciones principales del lenguaje 1
Tres funciones principales del lenguaje 2
Tres funciones principales del lenguaje 3Trascendencia del lenguaje para la formación de los procesos psíquicos 1
Trascendencia del lenguaje para la formación de los procesos psíquicos 2
Teorias sobre la procedencia del lenguaje Humano
El problema de cuál es la procedencia del lenguaje Humano ha sido objeto de numerosas suposiciones y teorías.
Una de ellas consideraba el lenguaje como expresión de la vida espiritual y, siguiendo la Biblia, señalaban la «procedencia divina» del mismo. Teorías análogas se formulaban de manera velada, indicando que el lenguaje es una singular «forma simbólica de existencia», que distingue la vida espiritual frente a cualquier manifestación del mundo material.
Otras, siguiendo las tradiciones del positivismo científico-natural, trataban infructuosamente de inferir el lenguaje de la evolución del mundo animal e interpretaban los fenómenos arriba descritos de «comunicación» entre los animales como formas tempranas de desarrollo del lenguaje.
Sin embargo, la solución científica del problema de los orígenes del lenguaje se hizo posible únicamente cuando la filosofía y la ciencia cesaron en los intentos de buscar las raíces del lenguaje en las reconditeces del organismo o deducirlo directamente de las singularidades del «espíritu» o del cerebro, y advirtieron que las circunstancias originarias del lenguaje procede buscarlas en las relaciones socio-laborales, cuya aparición se inicia con el tránsito a la historia de la humanidad.
La ciencia no posee métodos que permitan observar directamente las condiciones que engendraron el lenguaje v para la rama científica denominada «paleontología del lenguaje» no queda otro camino que el de las hipótesis, a comprobar de modo indirecto. Hay muchas razones para creer que el lenguaje nació por vez primera de las formas de comunicación que los hombres entablaron en el proceso de trabajo.
La forma conjunta de actividad práctica conduce inevitablemente a que en el hombre surja la necesidad de transmitir a otro cierta información, que además no puede limitarse sólo a expresar estados subjetivos (emociones), sino que ha de designar los objetos (cosas o herramientas) que figuran en la actividad laboral conjunta. Según teorías aparecidas ya en la segunda mitad del siglo XIX, los primeros sonidos indicativos de objetos surgieron cabalmente en el proceso del trabajo asociado.
Sería, no obstante, erróneo pensar que los sonidos que gradualmente empezaron a desempeñar la función de transmitir determinada información eran «palabras» tales que podían designar independientemente los objetos, sus cualidades, actos o relaciones. Los sonidos concernientes de inicio a determinados objetos, aún no tenían existencia independiente. Estaban entrelazados con la actividad práctica, iban acompañados de gestos y expresivas entonaciones, por lo que sólo cabía entender el significado de los mismos conociendo la situación real que los había originado. Es más, en este complejo de medios expresivos, el sitio rector lo ocuparon de inicio -al parecer- las acciones y los gestos, que en opinión de algunos autores constituían las bases de un lenguaje singularmente eficaz o «lineal» y sólo mucho más tarde el sitio rector correspondió a los sonidos, que echaron ;los cimientos para el desarrollo gradual de un lenguaje sónico independiente. Pero este lenguaje conservó durante largo tiempo un estrechísimo nexo con el gesto y la acción, de ahí que un mismo complejo sónico (o «pre-vocablo») pudiera designar tanto el objeto que indicaba la mano como a la propia mano y la operación efectuada con dicho objeto. Sólo a través de muchos milenios el lenguaje sonoro comenzó a separarse de la acción práctica y obtener su autonomía. De esa época data el surgimiento de los primeros vocablos independientes denominativos de objetos, y que mucho más tarde empezaron a servir para destacar también los actos y las cualidades de los mismos. Nace así el lenguaje como sistema de códigos independientes, que en el transcurso del largo desarrollo histórico ulterior viene a tomar la forma que hoy distingue a los idiomas contemporáneos.