Sería prudente preguntar al profesional por los métodos de reflexología que utiliza y por los métodos de examen y acreditación de cursos a los que asistió. También sería prudente averiguar si tiene algún tipo de seguro y visita según un código de práctica reconocido.
La sesión inicial debería durar de 45 a 60 minutos. Habitualmente, las sesiones posteriores duran de 30 a 45 minutos. Si se incluyen las manos habrá que añadir otros 15 a 20 minutos. Las sesiones semanales son útiles para mantener la salud; habitualmente, se necesitan dos o tres sesiones semanales para remediar un problema. Los precios varían según los profesionales.
El reflexólogo empieza por preguntar al paciente cuáles son sus preocupaciones o problemas. Generalmente, la sesión se inicia con algunos movimientos de relajación. La mayoría de las sesiones suponen la aplicación del avance paulatino de los pulgares y los dedos sobre toda la zona del pie. Los movimientos deben ser suaves y más profundos que con el masaje. Se debe prestar una atención particular a las zonas con problemas. Es importante que el paciente informe acerca de cualquier zona sensible y el reflexólogo debe mostrarse comprensivo con las expresiones de incomodidad de éste. La sensibilidad disminuirá a medida que lo haga la congestión en la zona. Si existiera un dolor considerable o una enfermedad grave, las sesiones deben ser más cortas, ligeras y más frecuentes.