La entenderemos mejor colocando la palma de la mano hacia abajo, sobre la mesa. Notará la posición natural de su mano sobre la mesa y, sobre todo, el ángulo formado por el pulgar allí donde éste toca la mesa. Ésa es la zona de trabajo del pulgar. El borde interno (medio) del pulgar establece contacto con la mesa. El secreto para utilizar la técnica del pulgar con éxito consiste en pasarlo sobre la zona refleja, doblando y desdoblando ligeramente la primera articulación del pulgar y avanzando al tiempo que se aplica una presión firme y regular. Es importante apoyar este movimiento desde el otro lado del pie con la presión ligera y uniforme de los otros cuatro dedos, opuestos al pulgar.
Básicamente es la misma que la del pulgar, en la medida en que se utiliza el borde interior del dedo, tal como se utilizó el borde interior del pulgar, al mismo tiempo que se dobla la primera articulación de ese dedo.
Se utiliza cuando hay que aplicar presión sobre un punto concreto en una zona refleja. La técnica consiste en doblar el pulgar por la primera articulación y ejercer presión con el borde interior. Una vez que haya colocado el pulgar sobre el punto reflejo concreto del pie, se presiona y se mueve hacia atrás a través del punto, sin deslizar el pulgar, pero manteniéndolo en contacto y moviendo sólo el tejido próximo.