La reflexología quizá sea la modalidad curativa más sencilla de adaptar a cualquier estilo de vida. Es un tipo de terapia que se puede practicar en cualquier parte y momento, sin necesidad de instrumentos o instalaciones. Puesto que se practica tan extensamente en todo el mundo, la programación de los tratamientos no es muy difícil. Cada vez hay más personas que trabajan que programan un masaje o un tratamiento de reflexología en la hora del almuerzo, a veces incluso en sus propios despachos. Y resulta relativamente fácil aprender algunas técnicas básicas de reflexología, con las que ayudarse uno mismo o a un miembro de la familia.
Con una comprensión básica de los principios de la reflexología, usted puede auto tratarse en casa. Siempre será conveniente consultar con un profesional, que le haga un diagnóstico completo y le sugiera las pautas de tratamiento que debe seguir, antes de intentar auto-ayudarse. Puesto que cada paciente es diferente, necesitará estar seguro de que proporciona a su cuerpo el apoyo necesario. También tendrá que saber que su problema se ha valorado correctamente y eso lo hará, mejor que nadie, un profesional.
Trabaje sobre las zonas en las que sepa que necesita ayuda. Aprenderá a distinguir la sensibilidad de las zonas doloridas de sus manos y pies y a trabajar en ellas con regularidad. El uso de rodillos podales o incluso del borde de una mesita baja le ayudará a detectar las zonas que necesita trabajar. Andar descalzo por la playa, o incluso por el bosque, es una forma agradable de estimular las zonas reflejas de ambos pies.
La reflexología implica usar técnicas de relajación muy efectivas, difíciles de aplicar sobre uno mismo, pero sencillas de aplicar en otros, y también supone realizar movimientos muy específicos de pulgares y dedos, que podemos utilizar en nosotros mismos o en otros. La siguiente muestra de técnicas le será de gran utilidad.