Esta postura toma su nombre de trikonasana que en sánscrito significa postura con forma de tres ángulos extendidos, en este caso el asana va acompañado de una torsión del tronco.
La postura se inicia desde tadasana, desde donde se da un paso largo con la pierna izquierda (más largo que un paso de caminata 1 - 1,2 mts dependiendo de las proporciones de cada persona) con los pies paralelos y con una abertura entre cada pìe equivalente al ancho de las caderas.
Luego se baja el tronco realizando una torsión y se lleva la mano derecha al piso donde se apoya al lado externo del pie izquierdo. La mano y el brazo izquierdo se elevan apuntando los dedos hacia el cielo y formando una sola línea con el brazo izquierdo.
En una etapa preliminar para preparar la postura y mejorar el equilibrio y la torsión del tronco se puede tomar una cuerda con la mano de atrás y la mano derecha puede apoyarse presionando el pie para darle mejor soporte a éste.
Vigoriza y estira los músculos de los muslos, pantorrillas y corvas.
Aumenta el flujo sanguíneo de la parte inferior de la columna vertebral.
Amplía y expande al pecho.
La postura es tonificante y estimula, y beneficia la columna vertebral y el sistema nervioso.
Mejora la digestión.
No es adecuado realizarla con nefritis.
Realizar con cuidado si hay molestias en las vértebras, sobre todo, lumbares o articulación sacro-lumbar.
Precaución al bajar, equilibrar adecuadamente y no dañar las piernas, usar un accesorio de apoyo si es necesario.
Al igual que en trikonasana salir con la pierna en flexión.
Alinear el cuello y no forzarlo por mirar hacia la mano que está arriba.