Nació en 1486 en Colonia y murió en 1533, en Grenoble. Estudió teología en diversas universidades, enseñó más tarde teología en Dole, y fue nombrado profesor en Pavía. Además, tomó parte en el Concilio de Pisa. Posteriormente, ejerció como abogado en Metz, fue médico de cabecera de la casa de Saboya, historiador del emperador Carlos V y valido del papa León X.
A pesar de ello no pudo evitar que los dominicos le juzgasen por charlatán, y lo trataran como tal. Era un apasionado adepto de la cábala y la magia ya que, según él, ambas permitían mantener contacto con las fuerzas más altas, que a su vez facultaban para dominar las potencias de los niveles más bajos. En su obra más importante, Filosofía del ocultismo, dividió el mundo en tres elementos, cada uno de los cuales se halla dominado por una magia específica: la física, la astral y la religiosa.
En el ámbito académico, Heinrich Cornelius Agripa jugó un papel muy destacado y, como suele suceder en estos casos, también muy complejo y polémico.