El Legado de la Cultura Matrística

por Ximena Santa Cruz y Silvia Selowsky Mudra

Imagenes de lo Matrístico

Diosas Múltiples

Reinterpretacion de la Historia

Principios y Epistemología del Mundo Matrístico

Relaciones humanas y cultura patriarcal

Relaciones humanas y cultura patriarcal

Las consecuencias interaccionales que tiene para la vida de los sistemas humanos son innegables. Reconocemos el modo de emocionar de la cultura patriarcal por que la experimentamos diariamente y por que hemos tenido el gusto de acceder en ciertos espacios íntimos a una manera matrística de vincularnos, como lo es en la relación madre-hijo pequeño o en algunos vínculos de amistad muy estrecha y madura.

Nos permitimos aquí el rescatar y proponer hacer el intento de situarnos aunque sea de manera momentánea en un emocionar basado en la aceptación del otro, en la convivencia desde la participación y co-definición de relaciones de colaboración y respeto por la diversidad. Esto es posible si rescatamos una manera sistémica de pensar como lo hicieran las antiguas culturas matrísticas, entendiendo la circularidad de los procesos y la "subjetividad" propia de relaciones basadas en la aceptación de las emociones y la intuición. Cuando aceptamos que el otro puede vivir en una emoción diferente de la nuestra y que eso organiza su particular manera de ver los eventos (en ese momento y desde este punto de su historia personal) y permitimos su expresión, estamos formando parte de una red de conversaciones y modos de relacionarnos en que los procesos del otro son aceptados y acogidos.

Veamos esto en la convivencia familiar o como diría el mismo Maturana, en la relación "materno-infantil". Los niños viven en un enorme flujo de emociones intensas, particularmente en los cinco primeros años de vida. En esta etapa la relación del niño con su madre es de absoluta confianza y vive en la sensación de infinito amor y aceptación de su madre hacia él. Esto le permite ensayar todas las alternativas sin temor a equivocarse, por que no existe una manera única de hacer las cosas y un ejemplo de ello es el dejar que los pequeños pronuncien en su lenguaje de "guaguas" largo tiempo las palabras habituales y acoplándonos a su manera de denominar el mundo que lo rodea.

Lamentablemente los años pasan y debemos lograr que los pequeños sobrevivan en un mundo de relaciones negadoras llenas de una crítica permanente a la experiencia emocional y con la "realidad unívoca" definida desde quienes ostentan el poder en las diferentes relaciones humanas. Así los padres trabajamos para lograr que los hijos aprendan las reglas de convivencia en un universo patriarcal y se va alejando cada vez más esa sensación de amor incondicional y seguridad básica inicial. La escuela es la encargada de proveer de todas las experiencias de negación y competencia, necesarias para una "adaptación" a los patrones propios de un emocional de la cultura de apropiación patriarcal.

Desde la óptica de los que trabajan en el tema el sufrimiento humano en la convivencia tiene origen en el paso abrupto de un estilo matrístico a uno patriarcal. A pesar de haber experimentado un modo más armónico y fluido de emocionar, estamos constantemente gobernados por mandatos y estilos patriarcales de hacer y concebir las relaciones con los otros y con el mundo. Estamos buscando el éxito y a la vez necesitamos del amor y aceptación de los demás, competimos con los otros para sentirnos capaces y seguros de nosotros mismos, pero no somos capaces de "contener" (soporte afectivo) las emociones de los que amamos.

La invitación que nos queda por hacer a cada uno de los lectores de este artículo, es a revisar su emocionar cotidiano, especialmente cuando se trata de nuestro espacio familiar y de pareja, examinando desde que tipo de mirada nos estamos situando. Es en estos espacios, recordando nuestra experiencia materno-infantil, donde podremos comenzar a construir una manera de concebir espacios íntimos gobernados por una mirada basada en la confianza, en la participación, la colaboración, la aceptación de los demás y del flujo de las emociones, en el que la intuición y la confianza en la armonía de los procesos, nos permita aprender y reconocer nuestra sabiduría natural para la vida. Este es el primer paso para seguir ahondando en esta temática tan importante y poco difundida.

Ecovisiones continuará profundizando diversos aspectos de la cultura matristica y las discusiones y consecuencias para el pensamiento de los últimos tiempos.


BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

- Maturana, Humberto, El sentido de lo humano, Ed. Hachette/comunicación, Stgo, Chile,1991.

- Maturana, Humberto; Verden-Zöller, Gerda; Amor y Juego, Fundamentos Olvidados de lo Humano, Ed.Instituto de Terapia Cognitiva, Stgo.,Chile, 1993.

- Eisler, Riane; El Caliz y la Espada, Ed. Cuatro Vientos, Stgo, Chile,1990.

- Eisler, Riane; El Placer Sagrado, vol 1 y 2,Ed. Cuatro Vientos, Stgo, Chile,1999.

- Maturana, Humberto, Transformación en la convivencia, Dolmen Ediciones. Stgo.,Chile,1999.