Emmanuel Swedenborg (1688-1772) Figura sobresaliente del mundo esotérico, en el llamado siglo de la Ilustración. Nació en Estocolmo, hijo de un pastor luterano que sería nombrado, más tarde, obispo de Skara.
Swedenborg estudió filosofía, teología y ciencias en la universidad sueca de Upsala, en donde se doctoró a los veintiún años. Perfeccionó sus estudios en Londres, ciudad en la que tuvo oportunidad de trabajar con Newton. Posteriormente se trasladó a Holanda, Francia y Alemania. Su esmerada formación académica le permitió ocupar, siendo todavía muy joven, el puesto de asesor en el Real Colegio de Minas. Desempeñó este cargo con tal brillantez que la reina terminó concediéndole un título nobiliario.
No obstante, Swedenborg se sentía profundamente atraído por otros campos muy diferentes a los puramente científicos. En 1745, en plena etapa de éxitos académicos, abandonó todas sus actividades para entregarse plenamente al ocultismo. Un año antes, en la noche del 7 de abril de 1744, había tenido su primera visión, quedándose para siempre deslumbrado por la Luz. Poco después tuvo en Londres una segunda visión: se le apareció un extraño personaje que le dictó la misión que debería desempeñar en adelante. En ese momento quedaban abiertos para siempre sus «ojos interiores», siéndole posible desentrañar el verdadero significado del Cielo, del Infierno y de los seres que los habitan. A partir de ese momento, y durante toda su vida, Swedenborg afirmará estar en contacto con seres sobrenaturales. Espíritus como el de Virgilio, Lutero o Melanchton acompañarán sus días.
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