TEORÍA ANTROPOSÓFICA

En la escuela antroposófica, al igual que en otras muchas corrientes esotéricas, se mantiene la teoría de que el hombre está formado por cuatro elementos separados, si bien convenientemente entrelazados. Estos cuatro elementos son: el cuerpo físico, el etérico, el astral y el «Yo».

El hombre posee, de la misma forma que los componentes del reino mineral, un cuerpo físico. El cuerpo etérico, o cuerpo vital, es idéntico al que tienen los componentes del reino vegetal: y el cuerpo astral es semejante al que tienen los animales. Sin embargo, el «Yo» es exclusivo del hombre; y, por tanto, constituye el elemento diferenciador del resto de los otros componentes del mundo natural.

En antroposofía se mantiene la teoría de que durante el sueño físico, el Yo y el cuerpo astral abandonan el cuerpo físico y el etérico, regresando al mundo espiritual. Steiner denominaba «cuerpos» a esas tres envolturas: la física, la etérica y la astral. Pero el hombre, además, dispone de tres etapas sucesivas de conciencia, a las que denomina «alma».

Éstas, al igual que lo que sucedía con los cuerpos, son también tres: alma sensible, alma racional y alma consciente. Y todavía a un nivel superior al de las almas, se encuentran las fases de la conciencia que reciben el nombre de «ser espiritual», «espíritu de vida» y «hombre espíritu», cuyo presumible desarrollo se producirá en tiempos futuros.

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