El I Ching y el Movimiento del Universo
Los Centros Energéticos y la Danza del I Ching
"...el trazo entero del YANG y el trazo quebrado del YIN, no resultan sino del acoplamiento del brazo vertical y el horizontal de la cruz [...] lo anterior tiene una clara orientación sexual, en cuanto el sexo masculino es una vara y el sexo femenino es una abertura, y constituyen la más directa y patente concreción de ambos principios en el mundo visible".
Gastón Soublette: La estrella de Chile. Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1984.
Uno de los textos fundamentales de la tradición cultural china es el llamado I Ching (Yi Jing) "El Libro de las Mutaciones". El propio Confucio anhelaba poder vivir cien años más para seguir leyéndolo y aprendiendo de su infinita sabiduría: "Los límites tienen sus propios límites". "Un hombre sin generosidad no atrae a nadie, al igual que un pozo agotado". "El odio es una forma de participación interior en la cual uno se ve ligado a lo que odia". "Todo lo que se lleva hasta el extremo, cae en la desventura o se convierte en su contrario". "La sabiduría completa la energía; la energía completa la sabiduría".
Lleno de aforismos tan hermosos y a la vez ciertamente paradójicos, el I Ching refleja de una manera especial las ricas cosmovisiones del pueblo chino. De igual modo, el impacto que generó en sabios occidentales como el filósofo y matemático Leibnitz, quien extrajo de este libro su concepción de las matemáticas binarias, condensadas en su Ars combinatoria (1666) y en De progressione dyadica (1679), base de la actual computación, requerirá de un estudio específico en un próximo número de Ecovisiones.
Así, este enigmático libro cuyo origen se confunde con leyendas que nos hablan de gigantes en el comienzo de los tiempos, legó a la humanidad una magistral simbología consistente en ocho trigramas (Pa Kua, o bien, Ba Gua). En él puede leerse: "Hay en las mutaciones el Tai Chi (Tai Ji) que engendra los dos principios primeros (Yin y Yang); los dos principios primeros engendran las cuatro imágenes, las cuatro imágenes engendras los ocho trigramas".
Estos trigramas son dibujos simbólicos que constan de tres líneas colocadas una sobre la otra, las que pueden ser continuas o segmentadas y que están asociadas a distintos elementos de la naturaleza: Cielo (yang completo), trueno (yang fuerte), agua (yang mediano), fuego (yin mediano), montaña (yang menor), tierra (yin completo), viento/madera (yin fuerte), lago/ lluvia (yin menor).
Ahora bien, el trazo superior del trigrama se corresponde con el cielo, el inferior con la tierra y el trazo intermedio con el hombre, de allí el aforismo: "Todos los hechos suceden entre el cielo y la tierra". Esta expresión es lo que se conoce como La Gran Tríada (Tien Ti Jen) que representa el ternario fundamental de gran parte de las tradiciones extremo orientales (ver La gran tríada del francés René Guénon ) e incluso de muchas otras geografías...
Respondiendo a la siguiente sucesión llegamos los 64 hexagramas del I Ching, los que se forman por la combinación de los 8 trigramas: Círculo original; elementos complementarios (yin, yang); cinco fases elementales; ocho trigramas; diez troncos celestes; doce ramas terrestres; veintiocho constelaciones; sesenta ciclos; sesenta y cuatro hexagramas, Ahora tenemos que los dos trazos superiores representan al cielo, los dos inferiores a la tierra y el intermedio al hombre.