III. 17 Practicar samyama sobre las interacciones entre lenguaje, ideas y objetos consiste en examinar los rasgos propios de los objetos, los medios de describirlos y las ideas y sus influencias culturales sobre la mente de quienes los describen. Por esta vía se puede hallar el modo de comunicación más preciso y eficaz, sean cuales sean las barreras lingüísticas, culturales o de otro tipo.
III. 18 Practicar samyama sobre las propias tendencias y hábitos conduce a sus orígenes. En consecuencia, se adquiere un conocimiento profundo del propio pasado.
III. 19 Practicar samyama sobre los cambios que sobrevienen en la mente de una persona y sus consecuencias, desarrolla en nosotros la capacidad de observar con agudeza el estado mental de los demás.
III. 20 No, la causa del estado mental de una persona está más allá del campo de observación de otra.
III. 21 Practicar samyama sobre la relación que existe entre los rasgos físicos y lo que la influencia, puede darnos el medio de fusionarnos con nuestro entorno, de manera que nuestra propia forma pasa a ser indiscernible.
III. 22 Los resultados de las acciones pueden ser inmediatos o retardados. Practicar samyama sobre esto puede conferir la capacidad de predecir la sucesión de acciones futuras e incluso la propia muerte.