"En la época de Merlín, los seres de la Naturaleza aún hablaban al hombre desde bosques y florestas, desde el mundo de las plantas y desde las olas del mar".
Walter Johannes Stein.1
encontrar conexiones entre ciertas tradiciones originarias y los pueblos célticos no son escasas. A propósito de tréboles, triscelios y anillos de espirales característicos de la tradición celta, es pertinente recordar que imágenes equivalentes se han encontrado incluso en China. De igual forma, el "Huevo de serpiente", el Glain Naddair (welsh Si de aventuras se trata, la posibilidad de) de los druidas (otra posible representación corporizada del anillo de espirales), al que hace alusión Plinio el Viejo, parece ser un exacto equivalente del "Huevo cósmico" de la tradición hindú, la envoltura del "embrión de oro", germen principal de la luz universal. (Vid.: Markale, Jean: opus cit. 1997, p. 30). Por su parte, René Guénon en su obra Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada, ha vinculado al "huevo cósmico" del Hamsa hindú con la figura del yin yang chino, así también con la representación de la caverna y el simbolismo del corazón, como en el Grial.
Ahora bien, con respecto a la figura de los "huevos cósmicos luminosos" ¿cómo no recordar las "órbitas luminosas micro y macro cósmicas" en la tradición mágica china, o bien los "huevos luminosos" en la literatura indoamericana de Carlos Castaneda?
Un fenómeno similar entre nuestros hermanos mapuche (mapuce) es el del "cesto de serpientes" (chiñid filu) el que es considerado asimismo como un equivalente del "huevo de serpientes celta" por el sabio mapuche Aukanawel, en su comentario a la Introducción del libro La pipa sagrada de Hehaka Sapa, escrita por el pensador sufi Frithjof Schuon.