Los guardianes de la cultura Lickan-antay (pueblo antiguo) practicaban la religión cósmica y transmitían esta sabiduría de forma oral, de alma a alma, de forma que el legado quedaba guardado en la memoria del corazón. Para terminar con esta tradición se ordenó cortarle la lengua a todos los guardianes de la cultura Lickan-antay.
La tradición de las Kallfv Malen se abre a aquellos que aspiran a otras visiones. Al transitar por esta ruta se reencuentra el legado espiritual de las culturas originarias.
Has que tu palabra se haga verdadera en la madre tierra, dicen las sabias machis, aquellos que tan solo hablan y no hacen nada, traicionan su propia alma. La cultura mapuche no necesitaba de la palabra escrita "la verdadera sabiduría se plasma en nuestro interior a través de la propia experiencia".
Entrar por esta ruta es encontrar los verdaderos sonidos del espíritu, esto quiere decir enraizar "con la acción", "con los hechos".
La ruta está llena de nutrientes espirituales ancestrales, signos, símbolos y señales que se revelan a la sabiduría del alma. Cada paisaje de la ruta es una prepararación de cuerpo, alma y pensamiento.
La ruta se compone de siete paisajes, cada uno de ellos existe en el plano físico y en el espiritual. La ruta se abre con los cantos del recuerdo, que guardan el buen remedio (cantos recopilados en los ceremoniales).