Arturo, criado como el hijo de Antor (Néstor) y el hermano de Kai, no podía sospechar que era el verdadero hijo del rey Uther y la bella Ygerne, en otras palabras, el legítimo sucesor de la corona británica. Pero Merlín, quien lo había visto convertirse en un apuesto y valiente joven, tenía preparada una especial sorpresa.
En la cima de un cerro que lindaba con un bosque apareció una espectacular espada, cuya empuñadura cincelada en oro fino refulgía con miles de colores, hundida hasta la guarnición en un yunque de hierro, el que se encontraba sobre una grada que parecía ser de mármol y que a su vez estaba sobre una gran piedra cuadrada. Era la legendaria Excalibur7, la espada de la soberanía. La gente del pueblo se congregó en torno al prodigio y allí vieron aparecer una inscripción que afirmaba que quien retirara la espada del yunque sería el futuro rey. Entonces el joven Arturo, casualidad tras casualidad, tomó sin dificultad el arma ante el asombro de todos. El arzobispo cumplió entonces con la promesa de otorgarle al ganador la corona del reino, siendo aplaudido por los maravillados habitantes del pueblo. "Sin duda, he aquí otro de los trucos de Merlín", comentaban algunos, mientras el sabio contemplaba silenciosamente la escena transformado en un discreto mendigo.
Así es como, dice la tradición, Arturo llegaría a convertirse en el rey de Britania...8