....¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. no pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto alcanzar las más grandes alturas sin temblar entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor. Esa es la clase de conocimiento que llega a las profundidades de Tao. El hombre verdadero de la antigüedad dormía sin sueños, y despertaba sin preocupaciones. Comía indiferente al sabor, y respiraba profundamente. Porque los hombres verdaderos traían aire de sus talones; y los hombres comunes sólo de su garganta. De los pícaros brotan las palabras como el vómito de las arcadas. Cuando los vínculos que unen a los hombres son profundos, sus dotes divinas son superficiales
El hombre verdadero de la antigüedad no sabía lo que era amar la vida u odiar la muerte. No se regocijaba con el nacimiento ni trataba de impedir la disolución. Indiferente venía e indiferente se iba. Eso era todo. No olvidaba de dónde había surgido, ni nunca preguntaba cuando había de operarse su retorno hacia allá. Aceptaba la vida alegremente, aguardando con paciencia la restauración (redención) final. Esto es lo que se llama no apartar el corazón de Tao, y no tratar de suplir lo natural por medios humanos. El que reuniera estas virtudes podría llamarse un hombre verdadero.....
....Nanpo Tsek'uei dijo a Nü Yü (o la Yü hembra)
-Tienes una edad avanzada y la complexión de un niño. ¿Cómo puede ser esto?
Nü Yü respondió:
-He obtenido a Tao.
-¿Podría obtener a Tao, estudiándolo? -preguntó el otro.
-¡No!, ¿cómo podrías hacerlo? -dijo Nü Yü-. No eres el tipo de persona. Existió un Puliang I. Tenía todo el talento mental del Sabio, pero no el Tao del Sabio. Ahora bien; yo tengo a Tao, pero ningún talento. ¿Pero tú crees que pude enseñarle a ser en verdad un Sabio? Si hubiera sido así, enseñar Tao a quien posee el talento de un Sabio, sería algo sumamente fácil. No era así porque he tenido que esperar pacientemente para poder revelárselo. En tres días podía escapar al mundo mundano. Esperé siete días más y no podía escapar a la existencia material. Después que pudo escapar a la existencia material, esperé otros nueve días, después de los cuales pudo escapar a todo lo que era vida. Después de haber podido escapar a todo lo que era vida. Poseyó la clara visión de la mañana, y después de eso, le fué posible ver al Solitario (Único). Después de ver al Solitario, pudo abolir la distinción entre el presente y el pasado. Después de abolir el presente y el pasado, pudo entrar allí, donde la vida y la muerte ya no son más, donde el matar no quita la vida, ni el dar vida agrega nada a la misma. Se mostraba de acuerdo con las exigencias del medio ambiente, aceptando todo con agrado, considerando a todo como destruido y a todo como si estuviera por completarse. Esto es estar "seguro entre la confusión", y alcanzar la seguridad atravesando el caos.