.....-Entonces -dijo Yen Huei-, no avanzaré más. Y me permitiré solicitarle un método.
-Ayuna, -dijo Confucio-, y te lo diré. Será fácil para ti, que tienes todavía una mente estrecha. El que trata las cosas tan fácilmente no será nunca aprobado por el cielo brillante.
-Mi familia es pobre, -replicó Yen Huei-, y por muchos meses no hemos probado ni el vino ni la carne. ¿No es ése ayuno suficiente?
-Ese es ayuno de acuerdo-, a los ritos religiosos, -respondió Confucio-, pero no el ayuno del corazón.
-Y puedo preguntarte, -dijo Yen Huei- ¿en qué consiste el ayuno del corazón?
-Concentra tu voluntad. No oigas con tus oídos, sino con tu mente; no con tu mente sino con tu espíritu. Deja que tu facultad auditiva cese con tus oídos -Y deja que tu mente cese con sus imágenes. Deja, no obstante que tu espíritu sea como algo en blanco, respondiendo pasivamente a todo lo externo. En tan abierta receptividad, sólo Tao puede habitar. Y esa abierta receptividad es el ayuno del corazón.
-Entonces dijo Huei-, la razón por la que no puedo usar este método es la conciencia de un yo. Si pudiera aplicar este método, la suposición de un yo se habría ido. ¿Es esto lo que quieres significar por estado de receptividad?
- Exactamente, --replicó el Maestro-. Déjame aconsejarte. Entra al servicio de ese hombre, pero sin idea de lograr fama. Habla cuando se halle dispuesto a escucharte y cesa de hablar cuando no lo esté. Obra sin ninguna clase de auto-propaganda. Mantente al lado del Único y deja que las cosas sigan su curso natural. Entonces, puede presentársele una oportunidad de tener éxito. Es fácil de parar cuando se camina; la dificultad está en caminar sin tocar la tierra. Como un agente del hombre, es fácil usar artificios; pero no puedes hacerlo como agente de Dios. Has oído de aladas criaturas que vuelan. Pero nunca has escuchado que lo hagan sin las alas. Has oído de hombres sabios con conocimientos. Pero no has oído de hombres sabios sin conocimientos.
Mira al vacío. Hay claridad en un cuarto vacío. La buena suerte lo habita, en él reposa. Si no hay reposo (interior), tu mente galopará por todo lados aunque te mantengas quieto. Deja que tus ojos y tus oídos se comuniquen; quita todo el conocimiento de la mente. Entonces los espíritus vendrán a habitarlo, sin mencionar al hombre. Este es el método para la transformación (influencia) de toda la Creación. Fue la llave de la influencia de Yü-y Shun, y el secreto del éxito de Fu Hsi y Chi Chü. ¿No debería el hombre común seguir la misma regla?......