Por Pilar Hernández Merino
Que biología y conciencia se relacionan, es algo que en Occidente está cada vez más instalado; permitiendo que premisas como que la mente no está sólo en el cerebro, sino en el cuerpo, releven a explicaciones mecanicistas de la medicina. Ya no basta sólo con ser técnicos que saben todo sobre cuerpo, el concepto de alma también se requiere para sanar como experiencia integral.
"El mayor conocimiento que un hombre debe aprender no esta en la ciencia médica, la sociología, la química, la biología o las matemáticas, sino en la ciencia del hombre mismo, en la ciencia del ser. La ciencia del ser y de la autoconciencia es el más elevado conocimiento que un hombre puede poseer, porque con él puede llevar adelante su vida a través de todas sus circunstancias". Yogui Bhajan.
El yoga ha sido utilizado desde hace 40.000 años. En esa época era enseñado e integrado en la vida diaria entre seres humanos evolucionados, capaces de extender sus capacidades perceptivas y psicológicas más allá de los limites normales. Ellos entendieron la salud como la energía básica de la vida y vieron al ser humano como una unidad organizada. Desde esta perspectiva, diseñaron técnicas profundas de meditación y curación, no como una actividad mística sino como un trabajo basado en observaciones tangibles de la energía y sus fluctuaciones.
En la sabiduría de aquel tiempo, se practicaba el yoga de tres formas y conjuntamente; el Kundalini, Laya y Tantra yoga. Estas trabajaban con el despertar de la conciencia, el sonido y el ritmo para salud total y la polaridad masculina/femenina para la neutralidad y maestría del ser.
Al practicarlas se trabajaba todas las áreas del hombre, balanceando su personalidad y acentuando sus talentos. Con el tiempo, la gente ignoró el sistema total y comenzó a utilizar algunas técnicas, llevando a que se establecieran veintisiete escuelas de yoga.
Una vez divididas las practicas originales de Kundalini, Laya y Tantra Yoga, los especialistas decidieron mantener en secreto las enseñanzas para protegerlas. Hace 26.000 años –y luego de guerras y desastres-, los yoguis y sus seguidores se fueron con las técnicas a las montañas del Tibet, y comenzaron a traspasarlas de manera oral y hermética de maestro a discípulo, hasta que fueron escritas en forma de metáforas y alegorías.
Los hindúes son los guardianes más conocidos de este tesoro, y algunos de los registros más antiguos se encontraron en manuscritos del antiguo Tibet; sin embargo, culturas como la china y la maya también contienen el origen de la tecnología de hacer emerger la conciencia.
En ciudades indias que datan de 1.800 a.C se encontraron evidencias de la meditación como concepto y práctica. En la época clásica (200-800) se asentó gran parte del conocimiento de la ciencia del cuidado y preservación del cuerpo, mente y espíritu humano.
Todos los tipos de yoga apuntan a la conciencia plena del ser, que se logra al despertar y elevar la energía Kundalini; la diferencia radica en cuanto tardan y lo que se experimenta en el camino.