Por Soledad Puelma
Mi intención al escribir este articulo es comunicarme con Ud. lector, conseguir un encuentro que pretende llegar a Ud., buscarlo en esas profundidades del alma que se niegan a nuestra conciencia.
Si, sin duda soy muy pretenciosa en este intento, y claramente necesito de su atención, Ud. me dirá que ya que me está leyendo está poniendo atención,..Bueno esa es una parte, la atención a la que me refiero es aquella que Ud. pone en su "si mismo", para ir revisando su propia experiencia en la medida que lee.
Muchos mensajes nos llegan sin tener una conciencia del significado
Cuantas veces me he dicho que si me hubiese hecho caso en la sensación que tuve "en aquella ocasión "me habría evitado un montón de molestias, o esos momentos en que cuando ya estoy metida en el problema recuerdo un instante vago en el que "algo me había alertado".
Hay entre los seres humanos un "algo mas" que nos esta comunicando, tal vez no es muy frecuente, pero si sucede no nos sorprende.
Hay otras experiencias que sin embargo…
Es curioso que cada vez que me pongo a hablar de una experiencia fuera de lo común, las personas recuerdan alguna a su vez.
El terreno de lo misterioso nos atrae profundamente independientemente de si sentimos curiosidad o miedo,
Si ud. Ha tenido una experiencia en que se sintió con un profundo asombro en el terreno de lo increíble... esa coincidencia afortunada o ..fatal, ...esa sincronía que escapa al entendimiento y que nos sorprende y conmueve en un modo en el que inevitablemente sospechamos la existencia de "un algo mas" entrelazando nuestros destinos y que no puede ser explicado por las leyes de la razón.
Recuerda alguna?
Es justamente a través de este "algo más" que mi intento busca comunicarse con ud. en un espacio atemporal, sin distancias en el que, simplemente: sucede.
Es el lugar en que el acto de la comunicación se presenta conducido por hilos que contienen su sabiduría, la mía y la del universo.
Si, repito, la del universo.
Se da cuenta que generalmente olvidamos que somos seres cósmicos?
Bien, esa comprensión íntima del ser cósmico es la que permite al chamán realizar su "acto mágico".
El chamán se desplaza viajando entre dos mundos: el cotidiano y ese espacio donde ocurren esos " algo" más sorprendentes.
El acto mágico se despierta en la medida en que se devela la intención del universo, el chamán es capaz de percibirla y obedecerla aunque jamás llegue a desentrañar cual es exactamente esa intención y sin embargo se entrega y fluye sin ninguna capacidad de controlar o manipular.
El resultado de semejante acto es: la sabiduría y la salud.
En este acto el chamán realiza lo que considero el más importante de los esfuerzos humanos; esto es: prescindir de todo lo que encuadra su identidad, sus voliciones, pretensiones, deseos y proyecciones.
Un ser desnudo que pone en movimiento el material del universo del cual esta constituido.
La energía que mueve al chamán es la energía del cuidado, del respeto, de la humildad y del amor; solo así consigue su acto mágico.
Soledad Puelma es médico psiquiatra.