por Jorge Mendoza Vester
E: Parece que lo fundamental se ve en las preguntas simples de la vida
M: Usted ahora lo comprende, lo puedo ver por su aura, se ve en sus ojos, yo creo que usted entendió que en las acciones simples las personas reflexionan menos. Por ejemplo: ¿Cómo se llama usted? Usted ve que antes de responder, ya empezó a observar, la conciencia cambió. Usted entendió que se trata de una costumbre. Si usted está muy aferrado a esa costumbre, empieza a creer que es verdad.
E: Usted mencionó hace un momento las montañas de Altay. Entiendo que es un cordón montañoso que va desde Rusia hasta China y que la mayor parte recorre Mongolia. ¿Su formación chamánica fue en Altay?
M: Efectivamente si hablamos con el idioma del cuerpo físico mi familia es de Altay.
He tenido varios antepasados chamanes y cuando el espíritu me eligió, mi abuelo me entregó su fuerza. Externamente lo que pasó fue que un caballo le pegó, se produjo un espasmo en su corazón y el se fue de su cuerpo; desde entonces su espíritu me ayuda siempre. Pasaron 5 a 6 años de ese hecho y empecé a entender el espíritu de mi antepasado. Imagínese que está siempre donde está su maestro y él puede ayudarlo siempre.
Cuando yo era pequeño, la abuela me empezó a enseñar como curar un dolor de cabeza y como ver lo que va a pasar en el futuro. En realidad, no es tan difícil por que lo que va a pasar mañana es aquello a lo que hoy lo están llevando sus pensamientos. La mayoría de las personas no quiere comprenderlo, así como, que para ser feliz hay que ser positivo.
E: ¿Usted eligió ser chamán o fue llamado?
M: Toda persona nace con un destino. A mí me surgía muy a menudo la idea de ayudar, quería aprender a curar y tenía deseos de enseñarle a las personas a ser felices. Nadie estaba Interesado en sacar esa parte de mí, por eso mi destino fue difícil.
Cuando no estaba realizando mi predestinación empecé a tener problemas con mi pie izquierdo y varios médicos me dijeron que no iba a poder caminar. Los problemas aumentaron y mis pensamientos interiores me empezaron a buscar una salida y empecé a buscar el maestro.
Mi espíritu, con la ayuda de mis antepasados a través del sueño, de meditaciones me indicaron el maestro. En ese sentido tuve suerte y encontré al maestro verdadero, vivo.
E: ¿Usted eligió directamente al maestro?
M: El maestro ya sabe de cada uno de nosotros, pero tenemos la libertad de buscar al maestro. Si la persona no intenta buscarlo, entonces puede pasar por su lado y no verlo. Cuando el maestro superior de todos nosotros, Jesucristo, llegó a la tierra, muchas personas no pudieron ver en él al maestro, ni ver a dios.