La danza del vientre conecta a la mujer profundamente con su feminidad, pues los órganos internos son estimulados a través de movimientos específicos de la región pélvica, abdominales y de respiración, ayudando de esta forma, al descubrimiento del placer de ser mujer.
Generalmente disminuyen los cólicos menstruales.
Todo el cuerpo está trabajando: glúteos, muslos y vientre son contraídos, fortaleciendo la musculatura y moldeando las caderas y la cintura.
Funciona también como una terapia mental, pues al entrar en contacto con su cuerpo, a partir de las manifestaciones de expresión corporal, hay un desbloqueo psicológico, despertando el amor propio.
Además de esto la práctica constante ayuda a corregir la postura y a aumentar el poder de concentración.
No existe edad, peso o medidas para iniciarse.