La naturaleza del tema tratado en esta oportunidad, de naturaleza eminentemente práctica, hace conveniente efectuar un pequeño recuento de los temas tratado hasta aquí.
En el Taller de Sexualidad nº 8, se habló acerca de las concepciones orientales de la sexualidad, que la vinculan estrechamente con el misticismo. En ellas se concibe al individuo provisto de una energía primordial, proveniente del nacimiento y de una economía de intercambio energético con el medio y la naturaleza. La hipótesis es que si esta energía se preserva y se cultiva, permite el acceso a dimensiones de existencia espiritual a través de la formación de un cuerpo de espíritu y a una vida más plena, realizada y longeva.
La forma más usual en que la energía se disipa es a través de la emisión seminal, ya que se plantea que en estos fluidos reside lo esencial de ella.
En términos generales existen dos caminos: el ascetismo sexual practicado en forma individual y el de pareja. En ambos casos se desarrollan técnicas específicas que permiten el control de la emisión seminal en el orgasmo, transformando a éste en una experiencia "total", de comunión con el universo. Junto a las técnicas de control corporal se practican disciplinas meditativas destinadas a aquietar la mente y la comunión con el mundo espiritual.
Mencionar todos los beneficios de una adecuada respiración escapa las posibilidades de este artículo y por ello nos centraremos principalmente en los aspectos relacionados con la sexualidad.
Esta función fisiológica fundamental ha sido desarrollada como arte y como ciencia por milenios en la tradición taoísta y en el yoga. En ambas tradiciones los objetivos son similares, aún cuando sigan caminos ligeramente distintos.
En lo esencial, en estas disciplinas, los ejercicios respiratorios buscan un doble objetivo: mejorar las funciones corporales y por esta vía la salud y por otra, jugar un rol de moderador o puente, aquietando la mente y a la vez regular el ritmo durante el orgasmo, posibilitando el control de la eyaculación.
Los maestros taoístas observaron que los niños respiran de manera abdominal en forma natural, con inspiraciones suaves y dilatando ligeramente la parte inferior del abdomen.
Esta forma de respirar tiene muchos beneficios, ya que al dilatar el abdomen, se dilata el diafragma con lo que se profundiza la respiración, logrando aumentar el volumen pulmonar total. En esto, la función realizada por el diafragma es central, ya que este músculo ejerce un verdadero trabajo de bombeo sobre los pulmones y de paso sobre las demás vísceras, sistema linfático y circulatorio y, al realizar esta acción le da un soporte adicional al corazón. Aún cuando el número de movimientos del diafragma es una cuarta parte que los del corazón su capacidad hemodinámica es mayor, ya que su superficie es mucho mayor. Al considerar la función del diafragma desde esta perspectiva se le puede considerar como un segundo corazón.
De aquí que desarrollar la capacidad del diafragma es clave para mejorar la capacidad respiratoria y la circulación sanguínea. La dilatación de 4 mm. adicionales del diafragma aumenta en alrededor de 1.000 ml. el volumen pulmonar.
La práctica regular del yoga, tai chi, qi gong, entre otros, mejora sustancialmente esta capacidad.
Pero los beneficios no se quedan sólo en este punto. La principal función de los pulmones es producir el intercambio de gases. Se libera dióxido de carbono (CO2) proveniente de la sangre y se incorpora oxígeno del aire. En los pulmones el C02 tiende a concentrarse en la zona inferior por efecto de la gravedad, por lo que la respiración toráxica o superficial, mantiene parte de los desechos del metabolismo celular sin que puedan ser eliminados. Cuando se profundiza la respiración, el diafragma junto a los músculos intercostales actúan como un fuelle exprimiendo los pulmones y liberando las toxinas acumuladas en las zonas inferiores de estos.
Por todos los beneficios señalados, más algunos otros que vamos a ver, recomendamos encarecidamente realizar cualquier tipo de práctica que cultive la respiración.
Los taoístas distinguen dos modalidades de respiración: la respiración del guerrero y la respiración del letrado. Cada una de ellas tiene beneficios distintos y se cultiva con objetivos diferentes. La respiración del guerrero enfatiza los aspecto de carga de energía qi y se practica para potenciar las actividades asociadas a la acción. La respiración del letrado facilita el aquietamiento de la mente y se practica para facilitar la meditación y las actividades de contemplación.
Existe un tercer tipo de respiración de carácter más esotérico que es conocido como respiración abdominal inversa o respiración embrionaria y que incluso algunas personas la denominan respiración taoísta. En ésta, lo característico es la retención de la respiración, aumentado gradualmente la fase de retención hasta, según dicen los antiguos maestros, la detención completa del proceso respiratorio.
La teoría detrás de este inusual sistema, es que la detención del proceso respiratorio activa un mecanismo respiratorio llamado respiración celular. Este mecanismo se encuentra presente en el feto y es conocida en la comunidad científica como "reacción de inmersión", en las investigaciones sobre las focas. En la matriz, el feto recibe el oxígeno y los nutrientes por el ombligo, desde el cordón umbilical y no de los pulmones. Cuando se detiene la respiración se activa el mecanismo de respiración celular, el pulso cardiaco se reduce a la mitad y disminuye la presión sanguínea, pero lo más importante es que las células del cuerpo comienzan a "respirar" por sí mismas, descomponiendo los azúcares para liberar oxígeno y eliminando los residuos celulares al torrente sanguíneo para eliminarlos.
Los niños pequeños conservan esta capacidad como lo demuestran los casos de pequeños que después de haber permanecido por un largo periodo bajo el agua, sobreviven sin ninguna lesión cerebral, ni otras secuelas. La práctica gradual y sistemática de la respiración embrionaria, le permite a los adultos recuperar esta facultad.
Muchos de los ejercicios de respiración taoísta distinguen cuatro etapas distintas: inhalación, retención, exhalación y pausa.
Para efectuar ejercicios respiratorios es conveniente vestir ropas sueltas y realizarlos en un lugar tranquilo. Los ejercicios pueden ser realizados de pie, en cuyo caso se sugiere la posición del jinete, o bien sentados en posición de loto o en una silla. Lo fundamental es realizar los ejercicios con una postura corporal relajada y con la columna derecha.
Inspiración:
Situados en la postura elegida, se relaja el abdomen y los hombros y se exhala para desocupar los pulmones. A continuación se inicia una inhalación suave por la nariz, dirigiendo el aire hacia la parte inferior de los pulmones, dilatando el diafragma y dejando que el abdomen se infle. Una vez que la parte inferior de los pulmones se encuentre llena, continúe inspirando para llenar la parte media y superior de estos. Una buena medida es llenar los pulmones hasta sentirse cómodo y no más allá de ello.
Retención:
En esta fase se deben aplicar tres cerrojos que van a permitir concentrar y mantener la energía.
El primer cerrojo es el anal. Este comprende la musculatura del esfínter anal, que está relacionada con los músculos responsables de la erección y la eyaculación. Un adecuado control de esta musculatura es de mucha utilidad en el momento del orgasmo. En el momento de la retención del aliento se debe contraer la musculatura de este cerrojo.
Cerrojo abdominal, este se sitúa debajo del ombligo y se debe aplicar una ligera tensión de la musculatura de esta zona, de forma de darle sostén a los órganos abdominales.
Cerrojo del cuello. Aquí se debe contraer ligeramente la barbilla y cerrar la glotis.
Junto a estos tres cerrojos hay que presionar la punta de la lengua contra el velo del paladar para cerrar el circuito de los canales de control y de función, según lo señalado en el Taller de sexualidad de ecovisiones nº 8.
Exhalación:
Los pulmones se vacían en orden inverso a la inspiración en forma suave y gradual, relajando el cerrojo abdominal y el del cuello. Al igual que en esta fase el aire se debe expulsar por la nariz, a menos que el clima sea muy caluroso. En todo momento la lengua se mantiene pegada al paladar.
Terminada la fase de exhalación ocurre la pausa reiniciando el ciclo con una nueva inspiración.
Las tres fases se realizan en el mismo periodo de tiempo, inicialmente se puede contar en forma mental partiendo con diez tiempos. Esta cantidad, se incrementa en forma paulatina a medida que se va mejorando en experiencia.
Una práctica regular de este ejercicio mejora las funciones vitales, la salud en general y establece la base para tener orgasmos sin eyaculación, tema sobre el cual hablaremos en el siguiente taller.
El Tao de la Salud el Sexo y la Larga Vida, Daniel Reid. Ediciones Urano Barcelona, España, 1989.