Por Francisco Moreno Téllez
Talleres de Sexualidad Tántrica en Pareja
Un segundo elemento es el control del movimiento y de la musculatura que, al igual que la respiración, es esencial para el control de la energía. Se trata en primer lugar de los músculos de la zona genital: los que rodean al pene y la vagina.
Debido a que nunca nos hemos planteado estos asuntos, no tenemos conciencia de la importancia de estos músculos. Éstos son los que permiten aguantar la orina y el trabajo de parto en las mujeres. En el acto sexual transorgásmico su importancia es vital porque permiten la contención de la energía y al mismo tiempo posibilitan un tipo de placer que se experimenta al contraerlos.
Se trata del músculo pubococcígeo cuyo punto central y más importante se halla entre el ano y los genitales. En el acto sexual se trabaja así: cuando sentimos que estamos próximos al orgasmo inspiramos profundamente, contrayendo este músculo con fuerza, como si bombeáramos la energía desde abajo (como ya se explicó sobre la respiración). Esto dura unos segundos mientras retenemos la respiración y luego aflojamos cuando el peligro ha desaparecido. Hombres y mujeres pueden trabajar dela misma forma.
El músculo pubococcígeo puede ser entrenado con ejercicios respiratorios de apretar y soltar repetidas veces, inspirando y espirando cada vez. Otra forma práctica es aprovechar cuando orinamos: en vez de soltar toda la orina de una vez, apretamos y cortamos el chorro repetidas veces, reteniendo el aire cada vez.
Otros músculos que ayudan a la contención y circulación de la energía son: glúteos, el elevador del ano, músculos de piernas y abdominales. El diafragma como músculo de la respiración también es muy importante.
Es necesario recalcar que el control muscular durante la relación recae en que estemos relajados por un lado y, por otro, atentos a los movimientos que se hacen. Se recomienda en un principio partir con pocos movimientos hasta que se alcance cierta destreza. Moverse en forma apresura puede incidir en un fracaso.