La lectura cuidadosa de la obra de Bateson indica a las claras que, a su juicio, la cibernética podía proporcionar una base epistemológica y un lenguaje apropiado para referirse al cambio personal y social. Así pues, comprender a Bateson exige comprender la cibernética; y esta tarea es con frecuencia difícil, ya que la ciencia social (incluida la terapia familiar) ha sido corrompida por múltiples interpretaciones erróneas de esa disciplina.
Definida en términos muy simples, la cibernética forma parte de una ciencia general de la pauta y la organización. Adoptar una concepción cibernética es ingresar en un mundo de descripción radicalmente distinto de lo habitual; y para ello e1 clínico precisa un bosquejo sistemático del pensamiento cibernético. Este libro constituye un esfuerzo para elucidar los conceptos cibernéticos y facilitar su aplicación terapéutica. Confío en que gracias a este manual de ideas cibernéticas útiles para los clínicos, el campo de la terapia familiar pueda volver a conectarse con una tradición epistemológica más esclarecedora.