Artículo: Las Nuevas Visiones
Carl Rogers crece en el seno de una familia con fuertes orientaciones religiosas del protestantismo cristiano. Su padre es un pequeño hombre de negocios que luego de algunos éxitos se interesa en la agricultura, e incentiva a sus hijos a desarrollar proyectos por cuenta propia. En este contexto Carl Rogers da sus primeros pasos en la investigación científica, al aplicar rigurosamente los métodos de investigación agrícola en sus proyectos de cultivo.
Posteriormente, su formación religiosa lo lleva a iniciar sus formación en instituciones de este ámbito (Union Theological Seminary 1924); donde en un ambiente de amplia libertad académica comienza sus primeros cuestionamientos acerca del ser humano, que posteriormente continuará en un contexto menos restrictivo que el conjunto de normas de la religión.
Primeros trabajos profesionales
Sus primeros trabajos profesionales de Carl Rogers se desenvuelven en el área clínica de la psicología infantil. En esta etapa desarrolla una fuerte orientación hacia la eficiencia de la actividad terapéutica:¿funciona?, ¿es eficaz?; y por este mismo motivo a la orientación que el propio cliente le da a la terapia, ya que es el "... cliente quien sabe que es lo que le afecta, hacia donde dirigirse, cuáles son sus problemas fundamentales y cuáles sus experiencias olvidadas."
De aquí en adelante sigue un camino de investigación personal distante de lo que era la práctica habitual en el campo de la psicología de la época -muy influenciada por la investigación de laboratorio y por una comprensión del ser humano como objeto-, que llevan a Carl Rogers a formular la psicoterapia centrada en la persona las que se desarrollan extensamente en:
Terapia centrada en el cliente (1951)
El proceso de convertirse en persona (1961)
Carl Rogers resume parte muy importante de sus enseñanza en afirmaciones, tales como:
"En mi relación con las personas he aprendido que, en definitiva, no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy."
"Soy más eficaz cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo mismo."
"... no podemos cambiar en tanto no nos aceptemos tal como somos. Una vez que nos aceptamos, el cambio parece llegar sin que se lo advierta."
"He descubierto el enorme valor de permitirme comprender a otras persona."
"... comprender a un hombre que se siente un individuo despreciable einferior de alguna manera me enriquece. En estas ocasiones aprendo modificándome de modo tal que me torno una persona diferente, con mayor capacidad de dar."
"Cuanto más me abro hacia las realidades mías y de la otra persona, menos deseo 'arreglar las cosas'."
"Sin embargo, el aspecto paradójico de mi experiencia consiste en que, cuanto más me limito a ser yo mismo y más me intereso por comprender y aceptar las realidades que hay en mí y en la otra persona, tantos más cambios parecen suscitarse. Resulta paradójico el hecho de que cuanto más deseoso está cada uno de nosotros de ser él mismo, tantos más cambios se operan, no sólo en él, sino también en las personas que con él se relacionan."
 El enfoque terapéutico de Carl Rogers excede los límites convencionales en psicoterapia y modifica el papel asignado al terapeuta, el cual ya no tiene la función de "curar-a-alguien-enfermo", sino que de "comprender-al-otro", de ser el espejo de la totalidad de la vida del cliente, lo que lo convierte más bien en su asesor. Esta nueva forma de relación elimina actitudes directivas -frecuentemente sometedoras- por parte del terapeuta.
En la educación
Sus originales teorías en el campo de la psicología le permiten hacer extensiones en el campo de la educación en donde formula la enseñanza centrada en el alumno. En esta área reconoce la influencia de pensadores como John. Dewey y William H. Kilpatrick, entre otros.