II Desde la negación surge lo positivo llamado amor
Parte de la meditación es eliminar completamente todo conflicto en lo interno y, por lo tanto, en lo externo. Para eliminar el conflicto uno ha de comprender este principio básico: El observador no es, en lo psicológico, diferente de lo observado. Cuando hay ira, no hay yo, pero un segundo después el pensamiento crea el yo y dice: "He estado iracundo", y así introduce la idea de que yo no debería estar iracundo. Por consiguiente, existe la ira y luego el yo que no debería experimentar la ira; la división engendra el conflicto. Cuando no hay división entre el observador y lo observado y, por ende, sólo existe la cosa que es, o sea, la ira, ¿qué ocurre? ¿Continúa la ira, entonces? ¿O la ira cesa totalmente? Cuando surge la ira no hay un observador -no hay división- la ira se desarrolla y luego llega a su fin -igual que una flor; florece, se marchita y se extingue hasta morir. Pero mientras uno la está combatiendo, mientras la resiste, o la racionaliza, uno le está dando vida. Cuando el observador es lo observado, la ira florece, se desarrolla y muere naturalmente -por lo tanto, no hay en ello conflicto psicológico alguno.
Uno vive en la acción; acción conforme a un motivo, conforme a un ideal, a un patrón, acción por hábito o acción tradicional, todo ello sin investigación alguna. Una mente que medita, debe descubrir qué es la acción. Uno de los problemas principales en la propia vida es el conflicto, y del conflicto se originan toda clase de actividades neuróticas. Para poner fin al conflicto y, por ende, a la acción neurótica, es muy importante que uno tenga una mente cuerda, sana, una mente que no esté atrapada en creencias, temores, etcétera.
¿Cómo ha de actuar uno? ¿De acuerdo con qué principio, con qué cualidad o estado de la mente ha de actuar uno? Por lo general uno actúa desde la memoria -la memoria establecida en un patrón que se ha vuelto hábito, rutina. Uno actúa conforme a lo que recuerda como placentero o actúa según un ideal que ha determinado llevar a la práctica en la vida diaria; o tiene una ambición que trata de realizar. Hay diversos tipos de acción, y cada uno de ellos es fragmentado, incompleto; ninguno es holístico -"yo soy un hombre de negocios, vuelvo a mi casa y amo a mis hijos, pero cuando estoy en mis ocupaciones, ahí no amo a nadie, quiero utilidades, etc.; puedo ser un erudito, un pintor, pero mi vida -aunque sea un pintor excelente- es vulgar; soy vicioso, codicioso, anhelo dinero, posición, reconocimiento, fama."
Las acciones de uno están divididas, son fragmentarias; y cuando hay una acción fragmentaria, es inevitable que ésta produzca conflicto en lo psicológico. ¿Existe una acción sin conflicto, en la cual no haya remordimientos, ni fracasos, ni sentimiento alguno de frustración; una acción que sea total, armónica, completa, una acción que no tenga lugar en un campo particular opuesto a otro campo? Uno tiene que ver lo que hace realmente, cómo está viviendo una vida contradictoria, actuando contradictoriamente y, por lo tanto, en conflicto. Debe tornarse perceptivo a ello. Y si uno está completa y sensiblemente alerta, ¿qué ocurre entonces?