La secta de Pirque y la diversidad

Rony Rosenberg M.

Como ha estado de moda el tema de la secta de pirque, estuve viendo la televisión donde los padres de uno de los residentes de ese lugar manifestaron con certeza absoluta que a su hijo le habían lavado el cerebro. Tuve que partir a la universidad y me perdí la respuesta del aludido, pero me quedé seriamente reflexionando acerca de lo que le dijeron sus padres. Por un lado con lo del lavado de cerebro, se refieren a que a su hijo le impusieron una idea o varias y las cuales él no está consciente. Por otro lado, reflexioné acerca de qué puede hacer el hijo para refutar tajantemente la opinión de sus padres. Perfectamente, sí fuera una persona con criterio formado, podría manifestar su cordura al criticar abiertamente el modelo en el cual él está inserto, para luego contrastarlo con el de la sociedad normal, y así mostrar una conciencia de las ventajas y desventajas de su estado, y así justificar su elección.

Creo que con una persona que se sitúa en una visión, debe ser conciente que su elección no es solamente elegir algo, sino que implica dejar otras cosas de lado. La persona que opta por la religión católica, concientemente o no, está dejando de lado la religión judía, mormona, evangélica, musulmán, hinduismo, etc. Creo que el problema no radica en cuan apegado esté uno a postura, sino que radica en cuán consciente es uno de ello.

He reflexionado junto a varias personas acerca de dicha conciencia, y creo que para las religiones es un tema fundamental. Si las personas empezaran a tener conciencia de algunas cosas, como los dogmas (que se basan en la aceptación sin cuestionamiento por definición), muchos se alejarían de la religión. Pero si la persona está de verdad conforme con su opción, sabiendo que está dejando de lado otras cosas y al mismo tiempo está feliz con su opción, me parece muy correcto. Y creo que es uno de los bastiones de una sana espiritualidad.

Ese aspecto es fundamental para mí. Creo que los demagogos, ciertos políticos, clérigos, abusan de la verdad. Todos se consideran dueños de ella, sin embargo, la verdad se la construirá cada uno. En vez de que un religioso intente políticamente de imponer una idea, o excomulgar para que le hagan caso, debe mostrarse abierto a que las personas son capaces de tomar sus decisiones, que poseen criterio, y que la misión del clero, no es forzar, sino que orientar, mostrar su visión y argumentar por qué sería beneficioso seguirlos.

Mi opinión no va solamente hacia los que imponen la verdad, sino que también a los que la aceptan sistemáticamente. Es bastante cuestionable que una persona acepte verdades sin darse cuenta que deja de lado otras cosas. A mi parecer esos pasos, los dos; el imponer y el no cuestionar, constituye lo que se conoce como lavado de cerebro.