por Karem Cepeda Q
Podríamos afirmar que no existe gente completamente sana, ya sea a nivel espiritual, emocional, físico o mental. De hecho, en la búsqueda de salud y de un estado de armonía probamos a diario distintas terapias y medicamentos.
Es entonces cuando la Luz Dorada aparece no sólo como el color de más alta información y de mayor armonía energética, sino que también como una alternativa, que nos permite potenciar las energías de autosanación y la transformación de los patrones de energía negativos.
Para Harold Moskovitz, sociólogo con mención en sicología de la Universidad de California, EEUU, y creador de la terapia energética Luz Dorada, el encontrar y tratar el por qué de la enfermedad nos permite sanar. De hecho, a través de ella se estimulan y potencian cambios en el aura que permiten sanar el mal y liberar energía. Una terapia energética tan poderosa que ofrece incluso la posibilidad frenar el desarrollo de la enfermedad evitando que se manifieste a nivel físico y su vez, potenciando nuestra capacidad de crecimiento personal.
"A través de la Luz Dorada enseño cómo enfocar, concentrar y aclarar las energías. Esto a través de la sanación de memorias dolorosas, del cambio de pautas fijas y la desergenetización de imágenes negativas tanto en uno mismo como en los demás".
A diferencia de otras prácticas de medicina alternativa, ésta trabaja desde una perspectiva clarividente, la que permite ver todo con mayor facilidad y neutralidad. Además emplea la energía del paciente y enseña al sanador la técnica de separaciones, la que permite limpiar la energía ajena tanto en él como en su espacio de trabajo.