Es una "leche" vegetal obtenida a partir de soja y agua.
Es una muy buena fuente de aminoácidos esenciales, necesarios para el crecimiento y desarrollo. Y es un complemento dietético adecuado tanto para niños como para ancianos, grupos de población que consumen con cierta frecuencia alimentos de alto valor calórico pero que aportan pequeñas proporciones de aminoácidos.
Las semillas contienen una proporción de proteínas, de 35%. Y lo mejor es que la calidad de sus proteínas es muy alta, equivalente a las de las proteínas de origen animal.
Los ácidos grasos que contiene son poliinsaturados: linoleico, linolénico y araquidónico, ácidos grasos esenciales del tipo omega-3 que abundan en el pescado. No contiene colesterol.
La soja contiene isoflavonas, que son estrógenos vegetales, que poseen una acción estrogénica muy pequeña comparada con la de los verdaderos estrógenos corporales. Se cree que se debe a esto la acción protectora de la soja frente al cáncer de mama en las mujeres.
No contiene ni lactosa, ni azúcar, ni colesterol, por lo que es una buena alternativa para personas intolerantes a la lactosa y diabéticos.