Una mirada de mi maestra de yoga, y comprendí: la gente light usa tacos, los evolucionados del planeta, usamos zapatos sin plataforma, anchos como lancha de manera que el pie pueda también hacer sus ejercicios libremente.
Empecé la búsqueda, ¡¡uffff, qué difícil encontrar zapatos tipo ortopédicos, y bellos. Finalmente di con una tienda tipo New Age, súper top y allí encontré unos alemanes,¡!lindos! lindos! – pero el precio- ¡ridículo! ridículo!.
Me compré los zapatos y ¡ah! qué alivio, mis dedos se pueden mover y nada me comprime hasta la tortura. Realmente son cómodos, debo reconocerlo, pero… no combinan con mis tenidas. Miro mi colección de zapatos en el walking closet y pienso… debiera regalar esta zapatería en la próxima inundación. Pero este año anunciaron, será seco, las palpitaciones de mi corazón se serena, ¡ah, qué alivió! los guardaré para el próximo año, o hasta que haya una verdadera catástrofe nacional, producto de la lluvia.
Lo he decidido… iré de shoping con alguna amiga y me compraré ropa ad-hoc a mis nuevos zapatos (también tendré que comprar más de estos zapatitos, pero de otro color).
Me veo regia, súper casual -pronúnciese en inglés-, me subo al auto, a penas alcanzo los pedales con estas lanchas y parto feliz a mi sesión de yoga.
-¡Ring-ring! Habrán empezado, sin mí. No, no lo puedo creer.
-Maestra, buenos días.
-lindita te atrasaste y por qué estás tan baja, tan mal vestida.
-Dime, confía en mí: ¿problemas amorosos?
-Maestra, es mi nuevo look como discípula suya…contesto desconcertada.
-Preciosa, te veías realmente mona con tu antiguo look, como maestra te aconsejo tus zapatos elegantes, tus trajes sastre y tu perfume divino, la aromaterapia, mmm…, no va contigo.
Debo confesar que me volvió el alma al cuerpo. Esa ropita… la regalaré en el próximo temporal, espero que sea pronto.