El leño (privado de la corteza).
Aceite esencial (1-2%): safrol (80%), pineno, felandreno, eugenol, alcanfor. Taninos. Fitosteroles: beta-sitosterol. Pequeñas cantidades de lignanos (fenilpropanos): sesamina. En la corteza de las raíces se han aislado una serie de alcaloides: aporfina y varios derivados bencilisoquinoleínicos.
Antiséptico, expectorante, mucolítico, estimulante del sistema nervioso, diurético, sudorífico, carminativo. En uso tópico: rubefaciente, analgésico. La corteza de raíces tiene un interesante efecto analgésico, antiséptico local y pediculicida.
Gripe, resfriados, bronquitis, enfisema. Flatulencia. Popularmente se ha empleado como depurativo, para hacer "limpieza de la sangre". Tópicamente, en: mialgias, inflamaciones osteoarticulares, escabiosis y picaduras de insectos.
Hepatopatías, debido a su contenido en safrol y alcaloides. (ver precauciones).
Salvo indicación expresa, recomendamos abstenerse de prescribir el aceite esencial por vía interna durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de seis años o a pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas.
No administrar, ni aplicar tópicamente a niños menores de seis años ni a personas con alergias respiratorias o con hipersensibilidad conocida a éste u otros aceites esenciales.
La toxicidad del aceite esencial se debe especialmente al safrol (80% del aceite esencial) y se manifiesta por: hipotermia, taquicardia y depresión cardiorrespiratoria. Experimentalmente se ha comprobado que induce hepatocarcinogénesis en animales de laboratorio.
Uso interno:
* Infusión: 10 g/l, 1 a 3 tazas al día.
* Polvo: 1 g al día.
* Aceite esencial: 1 ó 2 gotas sobre un terrón de azúcar, en cápsulas (25 a 50 mg por cápsula), dos o tres veces al día.
Uso externo:
* Aceite esencial: puro o en forma de linimentos o cremas, aplicado sobre las zonas a tratar.