La levadura.
Glúcidos (30%), lípidos, abundantes aminoácidos y enzimas digestivos, vitaminas: complejo B (ácido nicotínico, riboflavina, aneurina, ácido fólico, B12), PP, ergosterol (provitamina D2), E, biotina. Sales minerales (fósforo, potasio); principios antibióticos.
Suplemento nutricional vitamínico, antianémico, digestivo. Facilita la regeneración de la flora bacteriana intestinal, por lo que está especialmente indicada después de tratamientos antibióticos. Ligeramente hipoglucemiante, protector hepático, depurativo.
Inapetencia, astenia, convalecencia, anemias por deficiencias vitamínicas o minerales, situaciones nutricionales especiales: embarazo, lactancia, crecimiento, estrés. Neuralgias, infecciones gastrointestinales, regeneración de la flora bacteriana o vaginal tras tratamientos antibióticos. Hepatitis. Prevención de la arteriosclerosis, coadyuvante en el tratamiento de la diabetes, aftas bucales, eczema, acné, forunculosis, seborrea. Raquitismo.
Hiperuricemia, por su contenido protéico.
* Levadura fresca: 3 cucharadas soperas al día.
* Levadura seca: 4 a 10 g al día.