Antecedentes del parto bajo el agua
Cuando la mujer se sumerge en el agua se aísla, libera su organismo de los controles externos, deja de estar pendiente del exterior, libera sus movimientos, penetra en sus sensaciones, conecta con su bebé y puede olvidar todo lo demás.
Que el bebé nazca en el agua o fuera de ella no es lo más importante. El agua ha facilitado el trabajo de dilatación, incluso la transición hacia la salida del bebé. Cuando éste se dispone a salir y la madre le está ayudando pueda que ésta se sienta más segura, teniendo tierra firme bajo los pies y por ello puede preferir salir del agua y acabar de acompañar la salida del bebé estando de pie, arrodillada, en cuclillas o sentada. Lo importante es que todo el proceso de parto haya tenido un confortable desarrollo.Es cierto que el bebé viene del líquido amniótico, y que el agua le es un medio conocido, pero su paso por el agua tras salir de su madre, a través del cordón umbilical, sigue transmitiéndole el oxígeno y los nutrientes, como a lo largo del embarazo hasta que la placenta se desprenda, se interrumpa esta circulación, y se corte el cordón umbilical, que será el símbolo de una separación que nunca acabará de producirse porque otros vínculos muy estrechos de ahora en adelante crecerán y permanecerán.