Las Flores de Bach son un procedimiento terapéutico creado por el médico y bacteriólogo inglés Edward Bach (1886-1936). Influido por la curación que él mismo había experimentado en 1917 por medios naturales, así como por su traslado de la anglosajona Londres a la céltica Gales, donde experimentó con todo tipo de plantas medicinales, decidió en 1950 incluir en su consulta la práctica de la homeopatía y posteriormente su propio tratamiento basado en el rocío de las flores o bien, en las flores decantadas en agua de manantial, como método de curación, método que posteriormente se denominó Flores de Bach.
La situación que observó en la clase obrera de su época y el temor a la enfermedad de este grupo lo motivo a realizar estudios de medicina en la facultad de Birmingham.
Dentro de sus antecedentes academicos pueden mencionarse:
No estuvo de acuerdo con la medicina contemporánea, ni con sus procedimientos ni con su filosofía. Para Bach, la medicina actúa paliando los síntomas, sin preocuparse por las causas, por lo que sus métodos son agresivos y traumatizan al paciente.
Orientó sus investigaciones en enfermos crónicos y haciendo énfasis en la bacteriología. Aisló bacterias del intestino de personas con reúma y otras enfermedades crónicas y las utilizó como vacunas con gran éxito. Enfermos afectados por enfermedades "incurables" veían desaparecer los síntomas sin haber intervenido en la zona afectada. Así comenzo sus investigaciones sobre el origen de las enfermedades.
Al Profundizar sus estudios descubrió que existían diferentes tipos de bacterias según la enfermedad y tipología del individuo y que podía reunirlas en siete grupos. Más tarde concluyó que los grupos bacterianos tenían que ver con el carácter de la persona afectada por la enfermedad y empezó a administrar la vacuna en función del carácter y no de los síntomas. Preparó siete vacunas de acuerdo a siete tipos de bacterias.
Al descubrir la homeopatía, buscando la no agresividad, llegó a los nosodes (nosos: enfermedad. en griego) y de ahí elaboró vacunas homeopáticas obtenida de los gérmenes que producen la enfermedad; hasta hoy se utilizan las sietes que el preparó.
El encuentro con la homeopatía, la muerte de su esposa lo impulsaron a romper con su pasado y trasladarse a Gales, donde dió vida a lo que hoy conocemos como terapia floral o flores de Bach-
Sus afirmaciones respecto a la naturaleza de la enfermedad hacen pensar en la influencia de alguna tradición primordial, como por ejemplo, la céltica.
"Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen. Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas y, aunque el tratamiento material sólo sea aparentemente eficaz, es un mero alivio temporal si no se suprime la causa real".