Convencido de la importancia que tiene la escucha y de las posibilidades de reeducar esta habilidad, Tomatis desarrolló un método con aparatos electrónicos que, con ayuda de la música del canto Gregoriano y del efecto Mozart de la música de este autor, obligan a los músculos del oído medio a realizar un ejercicio osteo-muscular destinado a devolver al oído su estado natural de escucha optima.
El método requiere del uso de un sofisticado aparato electrónico llamado "Oído Electrónico" para reentrenar al oído en analizar adecuadamente el rango de frecuencias que el ser humano es capaz de oír. El Oído Electrónico filtra progresivamente, una música grabada, sobre los 8.000 Hertz. Se emplean audífonos especiales para conducción ósea y aérea. El Oído Electrónico retarda la señal de la conducción aérea (escucha con los oídos), en relación a la de la conducción ósea (escucha con el cuerpo) y al mismo tiempo filtra la música. Así, los oídos son sensibilizados al rango completo de sonidos que el hombre puede escuchar. El efecto es a la vez relajante y energizante para el cuerpo y la mente.