Es muy deseable que, de forma general, al aplicar la receta la persona se sienta mejor. Eso significa aumentar la sensación de bienestar, tener quizá un mejor estado de ánimo, dormir mejor y aumentar el apetito. Aunque no hayan cambiado los síntomas concretos de un caso crónico, si la persona se siente mejor eso suele significar que ha tenido una buena reacción y que lo indicado es estar alerta.
Si los síntomas concretos de un caso mejoran después de tomar el medicamento, pero la persona siente que empeora su nivel de energía, estado de ánimo, etc., puede tratarse de una reacción negativa al medicamento. Eso es raro, aunque posible. Cuando ha existido represión emocional, suele ser una buena señal que surjan los sentimientos reprimidos. Aunque a veces los sentimientos son «tormentosos», la mejora de la vitalidad debería permitir controlarlos mejor que en el pasado. En estos casos es muy útil la terapia coadyuvante, como el asesoramiento psicológico.
Si entre las cuatro a seis semanas el medicamento no produce reacción alguna, o una reacción muy débil, eso quiere decir que la receta fue incorrecta. Establecer este juicio puede ser difícil. En los casos crónicos de larga duración, la mejoría suele ser muy lenta. Aunque en la primera visita de seguimiento sólo se noten cambios muy pequeños, quizá sean suficientes para mantener la esperanza. Si el homeópata determina que no se ha producido reacción alguna al medicamento en un período razonable de tiempo, será necesario considerar las siguientes posibilidades: