Enfermedades que se pueden tratar con homeopatía

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En teoría, la homeopatía puede tratar cualquier enfermedad siempre que: El enfermo tenga o pueda desarrollar suficiente vitalidad para insuflar energía en el proceso curativo.

El cuerpo sea capaz de reparar o regenerar cualquier daño físico que ya se haya causado (lo que, desde luego, no siempre es posible).

Enfermedades agudas, infecciones y otras afecciones agudas

La homeopatía es muy efectiva contra toda clase de infecciones y otras enfermedades agudas, bacterianas, víricas, parásitas, micóticas, etc. Esto incluye los problemas recurrentes, como infecciones de oídos, problemas en los sinus, bronquitis, infecciones de la vejiga, etc.

También es eficaz en casos de heridas y situaciones de primeros auxilios, quemaduras, mordeduras de insectos, intoxicaciones alimentarias, erupciones cutáneas y dolor de muelas.

Enfermedades crónicas

La homeopatía ayuda en muchas formas de artritis. Una vez más, cuanto más tiempo haya estado presente la enfermedad y cuanto más daño haya causado a las articulaciones, tanto menos efectiva será la homeopatía. También se pueden tratar otras enfermedades crónicas, como migrañas, dolores de cabeza producidos por la tensión, síndrome de colon irritable, asma y alergias, úlceras, problemas cutáneos, trastornos menstruales, síntomas menopáusicos y sinusitis crónica.

Cáncer

La homeopatía no puede tratar el cáncer con eficacia, debido a que generalmente ya se han producido daños graves cuando se establece el diagnóstico y la vitalidad del enfermo es bastante baja. La literatura homeopática contiene, sin embargo, informes de curas de pacientes con cáncer. La homeopatía se usa para aliviar los síntomas asociados con la quimioterapia y el dolor.

Presión sanguínea alta

La homeopatía consigue bajar la hipertensión en un tercio de los casos aunque no cuando el paciente se ve afectado desde hace tiempo. El colesterol alto en sangre tampoco suele responder sólo al tratamiento homeopático.

Problemas mentales y emocionales

Los problemas mentales y emocionales, como depresión, trastornos de ansiedad, síndrome premenstrual, etc., responden bien a la homeopatía. Otros problemas más serios, como la enfermedad maniaco-depresiva los debe tratar un profesional experimentado. El pronóstico en caso de esquizofrenia es bastante reservado y exige una evaluación y gestión homeopática en profundidad.