La pérdida de un ser querido suele causar sentimientos muy intensos. A veces, la persona se siente abrumada. El tratamiento homeopático le permite soportar su dolor y le ayuda a superarlo con mayor efectividad.
Ignatia amara (haba de san Ignacio): el dolor puede ser «silencioso» y la persona se muestra poco comunicativa y evita la interacción con los demás. Muchos suspiros y cambios de humor. No soporta la crítica o la contradicción y manifiesta mucha cólera. Es especialmente vulnerable a la ruptura de una relación sentimental.
Pulsatila (flor de la Pascua): la persona está muy sensible y con propensión al llanto. El dolor puede ser silencioso, pero la persona desea compañía, consuelo y apoyo. Gemidos o lamentos muy suaves. Generalmente se siente calor y se desea aire fresco y libre. No se tiene demasiada sed.
Aurum metallicum (oro): fuerte depresión; cuando no parece haber ninguna luz en el mundo, el sufrimiento es extremo y se daría la bienvenida a la muerte, como un alivio del dolor. Puede haber una fuerte tendencia suicida. Melancolía y depresión, con actitud taciturna y reacia a hablar. Puede ser muy colérica.
Natrum muriaticum (sal común): personas sensibles y conscientes, que no comparten fácilmente sus sentimientos. Tienen tendencia a rechazar el apoyo y el consuelo, aunque lo anhelan en lo más profundo de sí mismas. A menudo son las personas «fuertes» durante una crisis familiar, que se ocupan de todos los demás, pero no permiten que nadie se ocupe de ellas.