Terapeuta de esencias florales
La terapia de esencia de flores, tal como la conocemos en la actualidad, ha evolucionado a partir del trabajo del Edward Bach. Las fases de su carrera médica reflejan el desarrollo de nuestra cultura moderna, de nuestro intento por encontrar una fórmula para el bienestar, la plenitud y la salud en el ser humano. El modelo que predomina en nuestros días incorpora muchos aspectos diferentes del bienestar humano, desde la medicina y la intervención quirúrgica convencional hasta las medidas preventivas que intentan estimular las respuestas inmunológicas sanas en el cuerpo humano.
A medida que refinamos nuestra comprensión del campo energético humano, empezamos a percibir y tratar las más grandes estructuras energéticas que rodean al propio cuerpo físico. Reconocemos que el cuerpo y el alma no se pueden considerar como una dualidad contrapuesta, sino más bien como una realidad entretejida.
Los investigadores han correlacionado los rasgos característicos de la personalidad con enfermedades específicas, sobre todo desde la Segunda Guerra Mundial. Uno de los estudios más famosos fue el realizado por los doctores Meyer Reidman y Raymond Rosenman, que acuñaron el término «comportamiento de tipo A» para la actitud impaciente y hostil, que genera un mayor riesgo de enfermedad cardiaca.
Desde entonces, numerosos estudios han indicado el papel decisivo de factores emocionales, como la cólera, el dolor por la pérdida, la depresión o el bajo nivel de autoestima, en el desarrollo de determinadas enfermedades, así como en la capacidad de nuestro sistema inmunológico en general. Se ha establecido un campo de investigación médica completamente nuevo, designado como psico-neuroinmunología (PNI), que ha determinado cuáles son los mensajeros bioquímicos que transmiten las respuestas emocionales hacia y desde las glándulas del cuerpo, y han documentado cambios definitivos y sustanciales en el bienestar emocional y físico.
Vista desde esta perspectiva, podemos considerar que la terapia de esencia de flores se sitúa a la vanguardia de la medicina holística. Se entiende como una terapia singular e integradora que emplea las muy refinadas cualidades de las plantas en flor para actuar dentro de la matriz física del cuerpo, estimulando estados precisos de conciencia psicológica.