La forma del campo energético la describieron hace mucho tiempo los antiguos griegos y egipcios con el nombre de caduceo o bastón de Hermes, conocido actualmente como el símbolo de la medicina alopática.
Las partes del símbolo se corresponden con las cuatro zonas características pero interdependientes del campo energético humano.
El globo de la parte superior del bastón es el núcleo de la energía principal, que se encuentra en las estructuras y funciones cráneo-sacrales.
Las serpientes entrelazadas son los tres principios de atracción, repulsión y quietud transicional.
Las cinco intersecciones a lo largo del núcleo central son los cinco elementos.
Las alas representan la conciencia, que es el potencial de la humanidad para trascender el materialismo y reunirse con la fuente.
La polaroterapia afirma que estas cuatro partes subyacen en la globalidad de la experiencia humana, precediendo y determinando el espíritu, la mente, los sentimientos y el cuerpo. El ámbito de la polaroterapia radica en la comprensión de estas cuatro dimensiones del campo energético humano y sus aplicaciones.
En el modelo de la polaridad se experimenta buena salud cuando esos sistemas actúan con normalidad:
La energía fluye normalmente, sin ningún bloqueo o estancamiento significativo a ningún nivel.
La enfermedad y el dolor aparecen cuando la energía queda bloqueada, estancada o desequilibrada.
Los bloqueos se producen debido al estrés y el trauma, y generalmente cristalizan desde los niveles sutil a extenso del campo.
El La terapia trata de localizar los bloqueos, liberar la energía para que discurra por flujos normales y mantener el campo energético en estado abierto y flexible.