Luego de haber estudiado en profundidad a Freud, Lowen conocía a fondo la teoría psicoanalítica, pero la penetración y agudeza del pensamiento de Reich le impresionaron de sobremanera.
Wilhem Reich hablaba de una auténtica economía del sexo, más que de una economía de la energía en sí. De acuerdo a Reich una persona neurótica, por ejemplo, lograba mantener su equilibrio conteniendo su energía en las tensiones musculares y limitando su excitación sexual. Por el contrario, un individuo sano carece de limitación y su energía no está retenida en su estructura muscular.
A pesar de la profunda impresión que le produjeron las teorías de Reich, Lowen se sintió escéptico debido a la importancia que Reich le concedía a la función del sexo en los problemas emocionales.
En opinión de Lowen, el sexo no era la solución de todos los conflictos. No obstante, al cabo de cierto tiempo - el estudio de una obra de Freud sobre la sexualidad infantil tuvo que ver mucho en ello-, su anterior postura crítica y escéptica fue amortiguándose hasta desaparecer por completo.