Familia y Comunicación | Terapias alternativas |
Talleres de Sexualidad en pareja
Por lo general, las parejas suelen tener una vida sexual relativamente satisfactoria, y tanto hombres como mujeres, se sienten gratificados a nivel sexual y afectivo. Esta satisfacción tiene relación con la capacidad de sentir orgasmos. Por orgasmo se entiende la sensación de descarga de energía que se había acumulado durante el período de excitación. Esta descarga es muy placentera y gratificante.
Existen muchas creencias sobre la vida sexual satisfactoria que dicen relación con la necesidad de tener orgasmos simultáneos o tener siempre orgasmos en ambos integrantes de la pareja. Esto no tiene que ser necesariamente así, si bien el que hombre y mujer tengan orgasmos es parte de la expectativa de rendimiento sexual, se puede tener una vida sexual satisfactoria en la cual no todas las veces la pareja experimenten orgasmos. El placer sexual también está ligado a los juegos previos, a la vivencia de entrega y afecto durante el encuentro sexual.
Como ya se mencionó existen algunas disfunciones sexuales más frecuentes que están asociadas a la socialización y la formación sobre la sexualidad en nuestra cultura. Las más conocidas son La eyaculación precoz, la impotencia, la frigidez y la anorgasmia.
Todas estas disfunciones afectan la vida sexual de la pareja, siendo las más severas la frigidez y la impotencia. Estos problemas imposibilitan a la pareja para llevar una vida sexual activa y merecen apoyo de especialistas. La eyaculación precoz y la anorgasmia permiten que la pareja logre sólo a veces una vida sexual más satisfactoria y requieren también de apoyo de especialistas.
Muchas parejas creen tener estas disfunciones, y piensan que las sufren por que a veces tienen algunos síntomas parecidos (eyacular antes de lo previsto o no sentir placer en la relación sexual). Es conveniente que la pareja examine las situaciones, la frecuencia con que ello ocurre, los estados de ánimo y las emociones que han estado sintiendo en el momento en que se dan los síntomas. Es muy probable que se deba a factores emocionales circunstanciales que juntos pueden resolver o enfrentar. Si luego de examinar estos aspectos prevalece el problema se sugiere consultar a un especialista (sexólogo, médico o psicólogo).